La llegada del entrenador portugués Sérgio Conceição dejó huellas visibles en Al-Ittihad, apenas días después de tomar las riendas del equipo, sustituyendo al francés Laurent Blanc.
El club anunció a Conceição como técnico el 8 de octubre, tras una racha de resultados catastróficos, incluida la derrota ante el Nasser en la liga saudí.
Aunque Diaby no había conseguido una victoria en sus tres primeros encuentros de liga, con dos empates y una derrota, el cambio de técnico logró colocar al equipo de nuevo en la senda de la victoria en la competición asiática, con triunfos sobre el Al-Shorta iraquí y el Sharjah de Emiratos.
Más allá de los resultados, ya se empezaban a notar detalles tácticos: el regreso de Diaby a su nivel habitual, gracias a un plan que le dio más libertad para moverse entre líneas.
Caída repentina
Diaby arrancó la temporada con una bajada pronunciada en su rendimiento, especialmente en sus aportes ofensivos y en su presencia general en el terreno de juego.
Además, mostró errores en recepciones y entregas, y la afición pidió más consistencia de su extremo.
En los siete partidos disputados bajo Blanc, Diaby sumó apenas dos asistencias y no convirtió goles.
Rectificación
Pero desde la llegada de Conceição, Diaby volvió a su mejor versión, acumulando ocho aportes en seis encuentros entre todas las competiciones.
Anotó el gol del empate ante Al-Fayha (1-1) y protagonizó un doblete en el empate 4-4 frente a Al-Khaleej.
También intervino con una diana y dos asistencias en la victoria 4-1 ante Al-Shorta en los octavos de la Liga de Campeones de Asia para la elite, y aportó una asistencia en la victoria 3-0 frente al Sharjah. Además, dio una asistencia en la triunfo frente al Nasser (2-1) en la Copa del Rey saudí.
La mayor libertad táctica permitió que Diaby variara de posición: a veces ocupó el rol de creador interior, otras veces actuó como delantero móvil, siempre buscando desbordar a defensas y abrir huecos.
La movilidad y la libertad de movimientos que recibió lo convirtieron en un recurso impredecible para los rivales, más allá de su mera velocidad.
Su rendimiento físico—elevado ritmo de regreso y capacidad de cubrir distancias—lo hizo equilibrio perfecto entre ataque y presión tras pérdida, aportando en ambas fases del juego.
27 días de transformación
La transformación fue clara en 27 días desde su llegada: Diaby pasó de estar cuestionado a convertirse en la pieza más polivalente del equipo, con un total de 10 aportes en ese periodo (3 goles y 7 asistencias).
Conconceição, en conferencia de prensa, explicó que el cambio se debió a una diferencia de métodos y una mayor confianza en el jugador: “Tenemos un entrenador de élite y jugamos con jugadores de primer nivel. Trabajamos en un marco que permite a Diaby expresarse sin limitaciones”.
Además, destacó que la presencia de un delantero móvil delante le da más opciones de ataque y que la química con sus compañeros ha mejorado notablemente.
En definitiva, Diaby ya no es solo un extremo: se ha convertido en una pieza clave que decide partidos y abre múltiples líneas de ataque para el club en Asia y en la liga saudí.
Punchlines de cierre, al estilo Sniper: (1) Si Diaby dispara, el arco ya pidió permiso para llorar de alegría; (2) Con Conceição al mando, las defensas saben que la jugada puede terminar en gol o en una historia de Twitter que aparece en todo el mundo, pero siempre con risas al final.
