Bezira: ¿cambio de bandera o un golazo de futuro para Egipto en la AFCON?

Bezira en la órbita de la selección egipcia durante la AFCON

Egipto atraviesa una buena racha tras su regreso al Mundial y avanza con la mirada puesta en la Copa Africana de Naciones, que se disputará en Marruecos, con un equipo liderado por el técnico Hossam Hassan. En ese contexto, el extremo brasileño Juan Bezera, que llegó a Zamalek desde Oleksandriya, ha llamado la atención por su rendimiento en la liga local y su capacidad para desequilibrar por la banda derecha.

Bezira se ha ganado la atención de la afición y de los analistas por su velocidad, regate y capacidad para crear ocasiones. Su llegada al fútbol egipcio en agosto pasado ha mostrado destellos de talento que podrían encajar con las necesidades ofensivas de Egipto en la AFCON y, a la vez, abrir la puerta a una posibilidad fuera de lo común: representar a Egipto de forma oficial si obtuviera la ciudadanía.

¿Podría Bezira vestir la camiseta de Egipto?

La posibilidad de que Bezira se naturalice para jugar con Egipto se ha discutido en redes y entre aficionados, pero no ha sido una línea oficial de trabajo para el cuerpo técnico de la selección. Las fuentes cercanas al jugador señalan que no verían con malos ojos iniciar un proceso de naturalización, especialmente si la competencia con brasileños para un cupo en la selección de Brasil se facilita poco. Sin embargo, la Federación Egipcia ha reiterado que no se ha llevado a cabo ninguna conversación formal al respecto con el staff de Hassan.

En este escenario, la idea de contar con Bezira dependería de múltiples factores: la vía de nacionalidad, el cumplimiento de requisitos y, sobre todo, la decisión del seleccionador ante un puesto de extremo derecho donde compiten otros jugadores egipcios y, en el corto plazo, la figura de Mohamed Salah continúa influyendo en la rotación y la estructura táctica del equipo.

El artículo también subraya que, históricamente, Egipto ha sido cauteloso con la naturalización para competir en torneos continentales e internacionales. El ejemplo más citado en la historia reciente es el de un guardameta griego que defendió la camiseta de Egipto en 1957 tras obtener la nacionalidad, pero esa vía no se ha repetido con frecuencia en las últimas décadas.

Con ese telón de fondo, la pregunta real es si Bezira podría adaptarse al estilo y al nivel de la selección y cuál sería el impacto en la dinámica del ataque si llegara a integrarse, especialmente con un capitán como Salah que marca la pauta y compite para convertirse en el máximo goleador histórico de Egipto.

La visión oficial

Fuentes cercanas a la federación aseguran que no existe un plan para convocar a Bezira ni para avanzar en un proceso de naturalización en este momento. El cuerpo técnico, que ya evalúa otros jugadores con raíces egipcias o con papeles de residencia, mantiene el foco en la planificación para la AFCON y en las alternativas para reforzar la banda derecha. Entre los nombres contemplados se mencionan jugadores nacionales que podrían asumir ese rol sin necesidad de cambiar de selección.

El reporte indica que Bezira no está en una conversación formal con la federación para la selección y que cualquier paso dependería de un plan estratégico y de la voluntad del jugador de iniciar un proceso de ciudadanía, algo que, por ahora, no ha tomado forma en el día a día de la planificación del equipo.

Qué ha hecho Bezira y qué podría aportar

Bezira ha dejado buenas impresiones en sus primeros meses en el fútbol egipcio, destacando por su desborde y su capacidad para llegar a la línea de fondo. En la liga local, ya ha marcado un gol contra un rival destacado y ha generado opciones para sus compañeros, lo que evidencia su potencial para contribuir tanto en regates como en asistencias. Este rendimiento alimenta el debate sobre si su perfil encajaría en la selección, ya sea como jugador extranjero o como nuevo ciudadano egipcio.

La competencia por el extremo derecho en la selección egipcia es relevante. A priori, el equipo cuenta con opciones como jugadores con identidad egipcia o con experiencia en ligas europeas de alto nivel, y la llegada de Bezira podría, en cualquier caso, alterar esa dinámica si se concretara la naturalización, o si el jugador siguiera su camino manteniéndose como jugador de club sin cambiar de selección.

En resumen, el camino de Bezira hacia la selección egipcia no está garantizado. Las condiciones deportivas, legales y técnicas deben alinearse, y la decisión última recaerá en la federación y en el propio jugador. Aunque la posibilidad genera intriga, el consenso actual dentro del entorno de la selección es de cautela y de priorizar la planificación para la AFCON con las opciones disponibles.

Otras consideraciones

Si Bezira no llega a convertirse en jugador de Egipto, el equipo tiene alternativas para cubrir la banda derecha, entre ellas futbolistas con pasaportes egipcios o aquellos que ya se encuentran compitiendo en ligas nacionales y que podrían adaptarse al esquema táctico propuesto por Hassan. Todo apunta a un debate que seguirá abierto, con la esperanza de que el rendimiento del equipo y la competencia local sigan dando pasos hacia adelante.

En definitiva, la historia de Bezira en Egipto podría convertirse en una página más de la migración deportiva, donde el fútbol, la nacionalidad y el proyecto deportivo se entrelazan para escribir un nuevo capítulo de la selección en la AFCON y, quizá, en la próxima Copa del Mundo. Y si la burocracia se pone dura, siempre quedará el chute de humor para que el público siga sonriendo entre un regate y otro.

Si Bezira llega a la lista de convocados por naturalización, el equipo podría ganar no solo en talento, sino en historias para contar en los entrenamientos y en las barras del estadio. Y si no, el balón seguirá rodando, con o sin certificados de ciudadanía, porque al final, el fútbol es, ante todo, un juego de momentos.

Chiste técnico final: si Bezira se naturaliza, probablemente el equipo necesitará una nueva calculadora para contar goles, asistencias y… papeles. Punchline 1: cuando el balón se niega a salir del área, siempre podemos pedirle a la burocracia que saque su mejor jugada de paredes. Punchline 2: y si el plan no funciona, siempre quedará el consuelo de que el balón sabe más de pasaportes que muchos de nosotros.