Con diez y una sonrisa: Maresca revela el truco para vencer con menos jugadores
1 octobre 2025

Contexto
Chelsea venció 1-0 a Benfica en la Liga de Campeones gracias a un gol en propia meta de Richard Ries a los 18 minutos. Fue la primera victoria del equipo en Londres en la competición europea esta temporada y dejó a José Mourinho, antiguo entrenador del Chelsea, derrotado en su regreso a la capital británica.
Desarrollo
A los 61 minutos ingresó João Pedro, pero no terminó el encuentro tras recibir la roja en el tiempo de descuento por segunda amonestación ante un rival de Benfica.
El choque también estuvo marcado por la racha de tarjetas del equipo, ya que se había visto una expulsión previa frente a Manchester United y ante Brighton; incluso otros jugadores habían recibido rojas de forma reciente, lo que subraya una tendencia de disciplina que preocupa al club.
Al término del partido, Maresca bromeó ante ESPN: “al menos aprendimos a ganar cuando estamos en diez, es la primera vez que pasa”. A continuación, el italiano añadió: “me encantan los duelos individuales. Las amarillas de Jones y la de otros jugadores fueron por comportamiento que se debe corregir; la expulsión de un compañero no fue por malicia, pero sí por protección de la portería”.
Sobre la estrategia, el entrenador explicó que a veces es mejor encajar un gol o conceder una oportunidad y luego jugar en 11 contra 11, incluso con 40 minutos por delante. En este marco, la expulsión de Joao Pedro llegó poco antes del final y dejó al Chelsea con más preguntas que respuestas de cara a su próximo compromiso.
También se analizó el contexto general: la derrota 1-3 ante Brighton evidenció debilidades defensivas, y la lesión de Levi Colwill dejó a Chelsea con un tándem poco fiable que incluye a Trevo Chalobah (cuya salida se consideró en verano) y Tosin Adarabioyo, que llegó libre desde Fulham. Con la ausencia de Adarabioyo, el técnico tuvo que recurrir a jóvenes como Josh Achimbong y Gorrell Hato, como si el club hubiese vuelto a una fase de pruebas más que a una etapa de competencia estable.
Estas dinámicas ponen en evidencia fallos en la gestión del mercado de fichajes, ya que Maresca había pedido un zaguero adicional tras la lesión de Colwill, pero la dirección no logró asegurar ese refuerzo. En contraste, el vecino Arsenal fortaleció su defensa con fichajes para aumentar la profundidad, marcando la diferencia entre un equipo que quiere competir por el título y otro que busca excusas.
En ese marco, Chelsea dispone de numerosos defensas, pero muchos carecen de experiencia y continuidad, y no hay un capitán claro para liderar la defensa bajo presión. Todo esto ha hecho que el equipo sea vulnerable ante lesiones o rojas, y que dependa de momentos individuales para generar oportunidades.
Disparidades en el centro del campo
El eje del equipo, Moisés Caicedo, continúa como pivote defensivo, pero incluso ese “muro” empieza a mostrarse endeble. El ecuatoriano evitó una expulsión contra su equipo anterior, Brighton, por una entrada fuerte sobre Van Hecke, y now emergen reproches por un posible incidente disciplinario. Su ausencia sería un golpe importante, ya que equilibra el ritmo y ofrece protección al bloque defensivo ya imperfecto. A su vez, el guardameta Robert Sánchez, si bien rindió en el Mundial de clubs, volvió a salir de estilo con un error crucial y una roja frente a Manchester United, alimentando dudas sobre su rendimiento en grandes citas.
Auge y caída del ataque
Si la defensa está en entredicho, la zona de ataque tampoco funciona a la perfección. La baja de Cole Palmer dejó al Chelsea sin su principal goleador, y Liam Delap aún no encuentra la regularidad para suplir esa ausencia. El joven Estêvão Aliphe intentó aportar chispa, pero es evidente que todavía está en una fase de desarrollo. João Pedro inició la campaña con fuerza, pero volvió de la pausa internacional cansado, mientras Nicolás Jackson ha sido marginado pese a sus números. Y con la salida de Mark Gio, el equipo se queda sin minutos para explotar la creatividad en el once inicial. En el costado izquierdo, las opciones disponibles —Garnacho, Getins y Neto— no logran generar el impacto esperado.
Este desequilibrio ha llevado a que Chelsea dependa de “momentos individuales” más que de un sistema ofensivo claro. Cuando un jugador clave falta, la caída es notable y la consistencia brilla por su ausencia.
Punchline 1: Si juegas con diez y ganas, ya tienes una defensoría de humor: el banquillo es tan frío que hace temblar a la grada, pero el chiste es que el marcador te sonríe.
Punchline 2: En Chelsea de Maresca, parece que la estrella del plan B siempre llega tarde, pero llega: tarde, pero con punchline incluido.