Cuando el pase se desvía: De Bruyne encara una larga recuperación en Napoli

Actualización médica

El belga Kevin De Bruyne, estrella del Napoli, dejó el terreno de juego en el minuto 37 tras un encuentro frente al Inter y una jugada que dejó a todos con la mirada atónita. El plan de recuperación parece apuntar a un retorno que dependa de su evolución física, no de su voluntad, que ya es legendaria.

Las pruebas médicas han confirmado un desgarro de alto grado en el isquiotibial derecho, la misma zona operada en 2023. Según el parte, la baja podría estar entre 3 y 4 meses, y se baraja la opción de una intervención quirúrgica para asegurar una recuperación sólida.

El propio De Bruyne ha optado por la cirugía para intentar regresar más rápido a la acción, contrariamente a su compañero Romelu Lukaku, quien en su momento exploró un tratamiento conservador.

Impacto y contexto

El diario italiano Corriere dello Sport confirma la necesidad de una cirugía y señala que la ausencia podría oscilar entre 3 y 4 meses, con la recuperación enfocada en un regreso definitivo y sin riesgos repetidos.

De Bruyne, de 34 años, viajó a Bélgica para someterse a una nueva intervención programada en Amberes y, una vez finalizada la intervención, iniciará de inmediato su protocolo de rehabilitación.

En cuanto al equipo, Napoli se mantiene puntero tras vencer al Inter, y la conversación sobre la baja de De Bruyne se cruza con el optimismo de la afición que sueña con el regreso del líder creativo lo antes posible. Lukaku, por su parte, también corre el riesgo de una ausencia de varios meses por una lesión similar.

La dinámica de la liga continúa; tras la victoria de Napoli, el club se sitúa en la cima de la Serie A con 21 puntos tras 9 jornadas. En Italia, la lesión de De Bruyne se convierte en un tema sensible para la planificación táctica de Luciano Spalletti y su cuerpo técnico.

Trayectoria y legado

De Bruyne es, sin duda, uno de los mediocampistas más influyentes de la última década. Su visión de juego, precisión en el pase y capacidad de generar juego desde la construcción lo han convertido en un pilar para cada equipo en el que ha competido.

Comenzó su trayectoria en Genk, donde ya destacaba con 5 goles y 16 asistencias en la temporada 2010-2011. En 2012 dio el salto a Chelsea, con un período de cesión a Werder Bremen que le sirvió para explotar su talento en la Bundesliga. En 2014, se consolidó en Wolfsburg y, en 2015, dio el salto definitivo a Manchester City por unos 75 millones de euros, convirtiéndose en una pieza clave del proyecto de Pep Guardiola.

Bajo Guardiola, De Bruyne evolucionó hasta convertirse en uno de los mejores centrocampistas del mundo, capaz de desempeñarse como creador puro, interior o incluso extremo. Sus logros en City incluyen múltiples Premier Leagues, una Europa League (en la memoria reciente del club) y distinguidos galardones individuales como el Mejor Jugador de la Premier League en varias ocasiones, además de liderar la lista de asistencias del equipo.

En el plano internacional, De Bruyne ha sido un referente para Bélgica desde su debut en 2010, llevando al equipo a la semifinal de la Copa del Mundo 2018 y disputando múltiples Eurocopas con un rol protagónico. Su liderazgo, calma y ética de trabajo lo han convertido en un ejemplo para las nuevas generaciones de futbolistas.

Aunque las lesiones han marcado partes de su carrera, su capacidad para regresar y rendir al más alto nivel ha sido una constante que alimenta la esperanza de ver pronto su regreso al estilo que ha definido una era del fútbol moderno.

Con la noticia de su cirugía en Antwerp y el plan de rehabilitación en marcha, el mundo del fútbol espera el regreso de una voluntad de juego que ha inspirado a millones y que, sin duda, volverá a brillar cuando el cuerpo esté listo. Y si la recuperación fuera una jugada, De Bruyne ya habría marcado el gol de su regreso.

Punchline Sniper 1: Si la lesión fuera un rival, De Bruyne ya habría dejado al defensor mirando el balón en el suelo y preguntándose dónde quedó la pista. Punchline Sniper 2: En el mundo del fútbol, la gravedad manda; en el mundo de De Bruyne, la precisión manda, y las recuperaciones siempre llegan con estilo.