Der Klassiker: la batalla alemana que conquistó el mundo del fútbol

La rivalidad que crece temporada a temporada

Los aficionados al fútbol de todo el mundo siguen de cerca el Der Klassiker entre Bayern Múnich y Borussia Dortmund, una rivalidad que se ha convertido en uno de los eventos futbolísticos más destacados a nivel global.

El Allianz Arena acogerá la cumbre de la Bundesliga entre Bayern y Dortmund este sábado, en la séptima jornada de la competición.

Bayern lidera la clasificación con 18 puntos, invicto, a cuatro puntos de Dortmund.

A diferencia de otros duelos globales, el Der Klassiker no se apoya en motivos políticos, sociales o religiosos; es un choque deportivo puro que nació de ser los dos clubes más grandes de la región y de una historia de rivalidad local, al estilo del 'clásico' francés pero con sello alemán.

Los noventa y el despertar global

Antes de la era dorada, la historia del choque estuvo marcada por un Bayern dominante y un Dortmund que atravesó altibajos. Desde la fundación de la Bundesliga en 1963, Bayern ganó la mayoría de los títulos y Dortmund vivió fases de decadencia, incluso un periodo de cuatro años en la segunda división a finales de los setenta. En ese entonces, Bayern logró una goleada histórica de 11-1 sobre Dortmund.

La década de los ochenta trajo un equilibrio relativo: Bayern tuvo siete victorias, Dortmund cuatro y empates nueve.

La década de los noventa trajo el inicio de la rivalidad real con Ottmar Hitzfeld en Dortmund. En 1991 Dortmund fue subcampeón y venció al Bayern 3-0 en los dos cruces de la temporada, mientras Bayern terminó décimo.

En 1995 y 1996 Hitzfeld llevó a Dortmund a dos ligas consecutivas, superando al Bayern y marcando el inicio de una lucha directa por el título.

Aun cuando Dortmund perdió la corona en 1997, consiguió un gran triunfo continental al vencer a la Juventus 3-1 en el estadio Olimpia de Múnich, rompiendo la hegemonía local.

Esa década estuvo marcada por el famoso episodio del 'niño llorón', un símbolo de la tensión entre ambas aficiones que quedó grabado en la memoria del derbi.

El nacimiento global del Der Klassiker con Klopp

La llegada de Jürgen Klopp a Dortmund marcó un punto de inflexión. Entre 2010 y 2012, Dortmund vivió un periodo glorioso, con fichajes clave como Lewandowski y Kagawa que los llevaron a la cima y les permitieron superar al Bayern en múltiples encuentros.

Entre 2010 y 2012, Dortmund derrotó al Bayern en cinco enfrentamientos consecutivos en todas las competiciones y logró una doblete histórica en 2012, ganando la Bundesliga y la Copa tras golear al Bayern 5-2 en la final de la Copa.

Ese año el Bayern sufrió una derrota anímica al fallar en la Liga y en la Copa, y no pudo evitar la derrota en la final de la Champions ante Chelsea, mientras Dortmund vivía su momento continental.

La cúspide del Derby: final de la Liga de Campeones 2013

Un año después, el derbi se convirtió en fenómeno mundial. En la final de la Champions League de 2013 en Wembley, Bayern venció 2-1 a Dortmund gracias a un gol de Arjen Robben en los minutos finales, sellando el primer triplete europeo para un club alemán.

El Klassiker moderno

Desde esa final, Bayern ha mantenido la supremacía en la Bundesliga, encadenando títulos y entrando en la conversación de la supremacía europea. La historia reciente ha visto a Dortmund presionar fuerte, disputar finales y entregar duelos muy parejos, con momentos de gloria y caídas que hacen vibrar a ambas aficiones.

En los enfrentamientos directos, Dortmund ha obtenido victorias destacadas, pero Bayern ha sido dueño de la era reciente, aunque Dortmund no ha dejado de empujar para romper la hegemonía. Y sí, el derbi está lejos de ser un simple partido: es una batalla de identidad, de orgullo regional y de pura adrenalina futbolística, con el balón siempre buscando la red. Y si te preguntas quién ganará la próxima vez, recuerda que en el fútbol las rachas pueden romperse cuando menos lo esperas, o cuando alguien se lesiona a mitad de la siesta.

Punchline 1: Si el Der Klassiker fuera un examen, Bayern y Dortmund serían maestros que nunca entregan la tarea a tiempo.

Punchline 2: Y si el balón hablara, diría: soy un cliente fiel; voy donde me dejan, y a veces me devuelven la pelota al minuto 90.