El guitarrista del gol: Feras Al-Bariqan prende la maquinaria ofensiva de Arabia Saudita

En el mundo del fútbol, hay jugadores que dejan huella solo con goles; pero Feras Al-Bariqan es un verdadero músico saudí que sabe tocar la melodía de la victoria. Corre sin parar y no cansa de buscar la portería, convirtiéndose en una pieza clave de la selección de Arabia Saudita y del Al-Ahli Jeddah.

Mostró un tempo rápido y toques decisivos, destacando en la noche de la victoria 3-2 frente a Indonesia, en el partido de clasificación Asia para el Mundial 2026. Su rendimiento no solo fue de goles, sino de lectura táctica y movilidad que desequilibró la defensa indonesia y abrió huecos para sus compañeros.

Con la clasificación en el horizonte, el equipo se prepara para enfrentar a Irak en la próxima jornada en el Estadio Al-Inam de Jeddah. Arabia Saudita afronta este tramo con confianza y una mejora notable en la cohesión ofensiva, guiada por el tempo del propio Al-Bariqan.

Según SofaScore, Al-Bariqan obtuvo una nota de 9.2 sobre 10, destacando como el jugador más rematador (4 disparos) y quien creó 3 ocasiones de gol, además de ganar 5 faltas. Este rendimiento refuerza su estatus como pieza clave del ataque y su importancia para el plan de juego de la selección y del club Al-Ahli.

Es la segunda vez que el delantero firma un doblete con la selección saudí, habiendo repetido la hazaña frente a Pakistán en junio de 2024. Su rendimiento no se limita a la concreción de goles; también se integró en un rol de puente entre líneas, generando espacios y participando en la construcción de las jugadas.

Delantero decisivo

La noche ante Indonesia dejó claro que Al-Bariqan no solo celebra goles, sino que asume la responsabilidad de las jugadas claves. Abrió la cuenta con un tanto en la primera mitad, y cerró la historia con un remate de seguimiento tras una buena intervención del portero indonesio.

A pesar de la presencia de Salem Al-Dosri, capitán del equipo, el jugador resolvió con una ejecución de penal en el minuto 36 que demostró confianza y liderazgo. Su doblete llegó en el minuto 62, culminando una noche en la que fue el motor principal de la ofensiva saudí.

Además, Al-Bariqan mostró una versión más completa de su juego: marcó, asistió en varias fases y sostuvo la presión defensiva para iniciar transiciones rápidas, convirtiéndose en el eje de las amenazas para el rival.

Liderazgo y juego de equipo

Más allá de sus goles, su presencia elevó la intensidad del equipo y dejó claro su papel como líder en el terreno de juego. Su movilidad entre líneas atrajo defensas y liberó espacios para que los llegadores desde atrás encontraran huecos, dinamizando el ataque y permitiendo que otros jugadores participaran con mayor claridad.

Su capacidad para volver a colaborar con el mediocampo y su contribución en la presión mostraron un equipo más compacto y peligroso, capaz de responder con rapidez ante las pérdidas del balón y de convertir las recuperaciones en ataques rápidos y fluidos.

El rendimiento del delantero también dejó una impresión mediática fuerte: la afición lo convirtió en símbolo de una generación de atacantes que buscan liderar la renovación ofensiva de Arabia Saudita, con apoyo de figuras como Ibrahim Mahrez y otros nombres destacados en la plantilla.

Músico Saudí no es solo una etiqueta; es una realidad que se ha disipado en cada toque del balón: control suave, regates precisos y una definición que ha sorprendido a más de uno. Su impacto en la eliminatoria Asia-2026 ya deja un antecedente claro para lo que queda de camino a la Copa del Mundo.

Y si alguien pregunta si el equipo puede sostener este nivel, basta con escuchar la red cantar tras cada final... porque, cuando tiene el balón, Feras parece estar afinando una sinfonía de goles. Y sí, la orquesta promete más movimientos y más victorias. Punchline sniper: si la defensa está distraída, él ya tiene el blanco en su zapato. Punchline sniper 2: cuando dispara, incluso el silbato deja de respirar.