Gol de oro en el Real Madrid: cómo Mbappé y Güler forjan una dupla explosiva bajo Alonso
12 noviembre 2025
La unión dorada entre Güler y Mbappé bajo Alonso
Cuando el Real Madrid fichó a Kylian Mbappé, todas las miradas se centraron en la estrella francesa como la pieza que faltaba para dominar Europa.
Al mismo tiempo, Arda Güler vivía una situación muy distinta: un talento turco extraordinario, pero relegado a la banca bajo Carlo Ancelotti.
Pocos creían que estos trayectos tan opuestos terminarían confluyendo en una de las duplas ofensivas más prometedoras de Europa bajo Xabi Alonso.
Resultados rápidos
Con la llegada de Alonso, todo cambió. El joven entrenador español, conocido por su precisión táctica y lectura profunda del juego, entendió la personalidad de Güler y lo situó detrás de Mbappé, en el corazón del ataque.
Alonso le dio la oportunidad que había estado negada en la era de Ancelotti, colocándolo justo detrás de Mbappé.
Resultados
La asociación entre ambos se hizo evidente de inmediato: Güler, con su mente rápida y su visión entre líneas, empezó a alimentar a Mbappé con pases que antes no recibía.
Asistencias en momentos clave y una lectura inteligente de los movimientos del francés, que disfruta partir desde la profundidad hacia los espacios. Poco a poco, la relación se convirtió en un lenguaje propio que no se lee solo en las cifras, sino en los detalles del juego.
Con el paso de las semanas, las cifras hablaron por sí solas: Güler creó 9 goles para Mbappé en 52 encuentros; Mbappé respondió con una asistencia hacia su compañero turco.
Pero las estadísticas solo reflejan parcialmente la profundidad del entendimiento entre ellos. Según un diario español, la participación de Mbappé en los goles aumentó un 30% cuando Güler jugó detrás de él.
Alonso manejó la relación con gran inteligencia: no solo buscó darle minutos a Güler, sino construir una maquinaria que permita explotar su visión del campo.
Así, Güler se liberó de la presión de sus primeros meses en Madrid y mostró destellos de la habilidad que lo llevó a la fama en Fenerbahçe.
Por su parte, Mbappé encontró un entorno ofensivo más equilibrado, que le permitió jugar con libertad sin depender tanto de la vuelta al centro o de Vinícius Júnior.
La libertad para moverse en profundidad permitió que Mbappé alternara entre espacios y se asociara con Jude Bellingham y Vinícius Júnior, convirtiéndose en el eje móvil del ataque, mientras el equipo respiraba mejor.
La prensa española captó estos cambios, y AS escribió que “Alonso dio a Güler las llaves que Ancelotti guardaba en su bolsillo”, señalando que el turco se convirtió en una de las fuentes principales de creatividad del Madrid.
Güler no solo generó juego: Mbappé mostró una mayor disciplina dentro del sistema, buscando las combinaciones con Güler y resaltando en encuentros como el Clásico frente al Barcelona, donde una secuencia de pases terminó en gol de Mbappé, quien celebró señalando a su compañero.
En una entrevista, Güler afirmó: “Nos entendemos de forma natural. A veces no necesitamos palabras; una mirada basta”.
Sable letal
Desde su llegada, Mbappé se ha convertido en un elemento indispensable del ataque, con 18 goles en todas las competiciones.
Pero cuando no marca, el Madrid sufre. Dos partidos consecutivos sin goles, ante Liverpool y ante el Rayo Vallecano, evidencian esa dependencia.
El Madrid depende cada vez más de Mbappé, quien ha anotado más de la mitad de los goles del club esta temporada.
Números de alto voltaje
Por mucho que estas cifras subrayen el rendimiento deslumbrante de Mbappé con la camiseta merengue, revelan un desequilibrio sin precedentes en la casa blanca. Incluso Cristiano Ronaldo, en 2014-2015, no alcanzó el 38,6% de los goles del Real Madrid; Lionel Messi, en su mejor momento con el Barça, nunca superó el 30%.
En comparación, la cifra de Mbappé roza lo surreal, destacando la necesidad de un ajuste para lograr un equilibrio real en el ataque.
Y así, la noche del fútbol sigue escribiéndose: dos talentos que se entienden sin palabras, una pizarra táctica que ya no necesita del entrenador para brillar, y una grada que celebra cada pase con una sonrisa cómplice. Punchlines: Si el balón tuviera GPS, hoy siempre estaría en los pies de Mbappé o Güler. Y si alguien pregunta por el sistema, Alonso podría responder: “Dos cerebros, un balón, y cero excusas”.