Juan Bezerra: la joya de Zamalek que lucha por brillar entre dudas y derrotas

La promesa brasileña y la realidad de Zamalek

El brasileño Juan Bezerra es una de las grandes esperanzas que la afición de Zamalek ha puesto en el ataque. Sus cualidades técnicas, su velocidad y la capacidad para finalizar jugadas lo posicionan como un recurso clave para el equipo blanco.

Sin embargo, su rendimiento ha mostrado altibajos y el entorno del club parece haber afectado su rendimiento.

El partido contra Ghazl El Mahalla y la situación de Bezerra

En la jornada 10, Zamalek empató 1-1 con Ghazl El Mahalla en el estadio de Ismailia, un resultado que mantiene al equipo en una lucha cerrada por el título.

El conjunto acumula 18 puntos y se ubica en el segundo lugar, a un gol del líder El Masry. Bezerra, sin embargo, ha quedado aislado y su rendimiento no ha seguido la proyección esperada.

Factores detrás de la irregularidad y la crítica interna

Las primeras explicaciones señalan al entorno del equipo y a la falta de apoyo y cooperación entre sus compañeros. Hay quien sostiene que el plan de juego no favorece a Bezerra, limitando su libertad para moverse entre líneas y recibir balones en zonas de remate.

Bezerra se mueve con facilidad entre centro, bandas y zona de definición, pero el sistema actual lo sitúa a menudo fuera de la acción central y le cuesta participar de las jugadas clave.

La descoordinación entre jugadores ha alimentado rumores de celos, especialmente tras el inicio fulgurante de Bezerra en la liga. Hazem Emam, ex figura del club, señaló que hay un sesgo y menor implicación de algunos con el brasileño en varias oportunidades de ataque.

En varias ocasiones Bezerra ha mostrado posiciones preferentes para disparar o desmarcarse tras la defensa, pero algunos compañeros priorizan otros pases o remates, desperdiciando oportunidades claras.

Tras el derbi frente a Al Ahly, Bezerra publicó en Instagram: "El rendimiento individual no funciona sin un trabajo colectivo; hay que jugar todos juntos: afición, jugadores y cuerpo técnico. La derrota es dolorosa, pero es la hora de demostrar quién viste la camiseta".

Muchos interpretaron esa publicación como una crítica a la falta de distribución de balones hacia Bezerra.

Además, la filosofía del entrenador Yanic Ferreira sobre gestionar amarillas mediante una táctica de "partido de menor importancia" ha causado controversia. Se ha visto a Ferreira presionando para que Bezerra reciba una amarilla intencional en un partido contra Ismā’ili, con la idea de evitar su presencia frente a El Gouna y planificar para la cita posterior ante el Al Ahly.

Zamalek cayó ante El Gouna 1-1 en ausencia de Bezerra y, a su regreso, perdió 2-1 ante Al Ahly, lo que alimenta la crítica a esa estrategia.

Esta mentalidad es vista como una política administrativa arriesgada a largo plazo, que desvaloriza cada partido y puede minar la concentración y la motivación. El club necesita evitar que cada duelo sea una simple escala y construir un marco de juego que integre a Bezerra de forma natural.

Bezerra es una pieza valiosa: zurdo, capaz de jugar por la derecha, la izquierda o como creador. Si se le coloca en contextos de remate y se le acompaña de un entendimiento claro con sus compañeros, su rendimiento podría dispararse.

Además, puede generar espacios sin balón, posicionándose entre líneas y detrás de los defensores para liberar a los demás atacantes. La clave está en una construcción colectiva que aproveche su capacidad para superar líneas y generar oportunidades reales.

En resumen, la crisis de Bezerra no es solamente técnica sino de entendimiento y coordinación. Si el cuerpo técnico logra integrarlo con el soporte adecuado, el talento podría convertirse en rendimiento tangible; si no, podría quedarse en promesa, a la medida de un club con grandes ambiciones y conflictos internos.

Bezerra es una pieza valiosa: zurdo y versátil, capaz de jugar en varias posiciones y de convertir oportunidades en goles. Con un plan que le permita mostrar su mejor versión, Zamalek podría justificar la inversión en su joven talento.

Si el club no arregla las cosas, los destellos de Bezerra podrían convertirse en destellos de frustración para la afición, que espera ver a una estrella naciente brillar en un equipo histórico.

Punchline 1: Si Bezerra aprende a dejarse llevar por el juego en equipo, el estadio explotará de alegría y no de nervios. Punchline 2: Y si la táctica dice que es “un partido de menor importancia”, que nos expliquen entonces por qué cada balón parece un título por ganar.