Marruecos rompe la muralla defensiva de Baréin con un gol de último minuto: ¿qué le espera al CAN en casa?
10 octubre 2025

Análisis táctico
La selección marroquí, Los Leones del Atlas, volvió a generar dudas sobre su capacidad para cumplir la gran promesa de vencer en casa la Copa Africana de Naciones, cuando los rivales optan por defensas en bloque y esperan el contraataque. El partido ante Baréin mostró que, aunque el equipo tiene talento individual, la estructura defensiva organizada impide abrir huecos de forma sencilla.
Victoria de último minuto y lecciones
El triunfo amistoso ante Baréin se decidió en el tiempo de descuento, con un gol de Jawad El-Yamiq en el minuto 94, en Rabat, lo que alivió la presión pero dejó en evidencia la dificultad para perforar defensas cerradas. Este tipo de dinámicas puede repetirse ante rivales que buscan replegarse y aprovechar los espacios que se generan en el tramo final del encuentro.
Antes de Baréin, Regragui ya había observado un desafío similar en un amistoso frente a Mauritania en Agadir, que terminó en empate sin goles a pesar de la presencia de las estrellas. Esas cifras alimentan la inquietud de que los “Leones” podrían sufrir ante defensas densas en el CAN si no encuentran soluciones rápidas.
El guion se repitió frente a Cabo Verde en Rabat, ante alrededor de 60 mil aficionados, con la misma alineación que brilló en el Mundial de Qatar. Este patrón sugiere que el equipo puede dominar la posesión y las oportunidades, pero le cuesta convertir en goles cuando la oposición apuesta por la compactación defensiva.
En las eliminatorias para el Mundial, Marruecos también demostró capacidad de reacción en otros escenarios: ganó a Lesotho con un remate tardío de Ibrahim Díaz en el minuto 93, y repitió la historia contra Níger con un tanto decisivo en los últimos segundos. El resumen es claro: el equipo sabe generar juego, pero necesita esa pizca de suerte o claridad para cerrar los encuentros.
El balance global indica que Marruecos mantiene resultados sólidos ante selecciones de primer nivel, pero encuentra más dificultades contra rivales de menor ranking que se cierran bien. Esa dualidad marca el reto del equipo: mantener el control y encontrar soluciones para desactivar defensas cerradas en el CAN que se disputará en casa.
Riesgo defensivo y la autocrítica de Regragui
Al ser cuestionado por la prensa sobre la dificultad para vulnerar murallas defensivas, Walid Regragui respondió que este tipo de situaciones pueden ocurrir en el CAN, y que prefiere que se presenten en amistosos para afinar las ideas y que los jugadores entiendan que no hay victoria garantizada en el papel. También afirmó que la conquista exige esfuerzo, sacrificio y respeto por el rival, recordando que ya probó la misma táctica en el Mundial y que le llevó a logros compartidos por el grupo.
Además, aseguró que se han generado muchas ocasiones peligrosas: 25 oportunidades, 20 remates, más de 21 saques de esquina, y una posesión elevada. Aun así, el objetivo es convertir esas situaciones en victorias y comentarios positivos que inspiren a las futuras actuaciones del equipo en el CAN.
Apoyo de exentrenadores
Los exentrenadores de la selección, Rachid Taoussi y Badou Zaki, expresaron su respaldo a Regragui, argumentando que centrarse en números negativos podría sembrar duda antes del torneo. Taoussi comentó que Marruecos dominó la parte táctica y que la falta de suerte fue determinante; confió en que Regragui sabrá convertir esta experiencia en aprendizaje y que el equipo requerirá apoyo para mantener la confianza. Zaki añadió que las cifras existentes respaldan el proceso y que el equipo avanza en la dirección correcta hacia el título africano esperado.
En suma, el partido ante Baréin sirve como espejo de la necesidad de pulir la fase final y la contundencia goleadora ante defensas bien plantadas. El CAN está a la vista, y Marruecos tendrá que traducir su dominio en resultados, especialmente ante rivales que cierran líneas con solvencia.
Y para terminar con un toque de humor ligero: si la defensa se pone en modo autobús, que nadie se baje del coche… porque al final, el único que sube es el gol. Y si el gol llega en el 94, al menos la victoria llega con puntualidad británica al destino.
Otra broma suave para cerrar: dicen que a veces el balón se esconde; otras veces se toma su tiempo para encontrar la portería. En ese juego, Marruecos parece ser un experto en hacer yoga con la pelota: estira las piezas, respira hondo y, cuando menos lo esperas, ¡boom, remate!.