Alonso calma la tormenta en el vestuario del Real Madrid y lidera la calma en un Bernabéu tenso
1 noviembre 2025
Gestión del vestuario y tensiones internas
El español Xabi Alonso, técnico del Real Madrid, busca calmar el vestuario tras una serie de tensiones que se intensificaron en las últimas semanas, a pesar de la marcha casi perfecta del equipo en La Liga y en la Liga de Campeones.
El Real Madrid acumula 12 victorias en 13 partidos desde el inicio de la temporada, pero las fricciones entre Vinícius Júnior, Fede Valverde y Eduardo Camavinga han puesto a prueba la gestión de Alonso como líder del equipo.
Según el diario AS, el Madrid mantiene una trayectoria sólida, con el único tropiezo frente al Atlético de Madrid, pero las tensiones internas amenazan la armonía del grupo.
La escena clave: el enfado de Vinícius en el Clásico
La escalada de tensión quedó en evidencia ante millones de espectadores cuando Vinícius Júnior mostró un enfado público tras ser sustituido en la segunda mitad del Clásico frente al Barcelona. Alonso respondió con serenidad, asegurando que se trataría todo dentro del vestuario.
Valverde también protagonizó un episodio al negarse a jugar de extremo derecho ante varias lesiones en la plantilla, lo que llevó a una decisión táctica de Alonso que dejó fuera a Dani Carvajal para colocar a otros en el once.
Camavinga, por su parte, dejó claro en una entrevista que su puesto natural es de centrocampista y que solo acepta jugar como lateral si el equipo lo necesita, recordando momentos pasados en que prefería actuar en el centro del campo.
Entre tanto, la batalla por el ala izquierda seguía entre Rodrygo Goes y Vinícius Júnior. Alonso dio prioridad a Rodrygo en algunos encuentros para diversificar la ofensiva, lo que provocó preguntas sobre si Vinícius era candidato a mantener el papel principal por esa banda.
Los altercados entre los dos brasileños se repitieron en distintos choques, con gestos de irritación de Vinícius ante Espanyol y un lanzamiento de botella de agua tras una sustitución frente a Kaïrat Almaty, signos que obligaron a Alonso a intervenir con palabras y decisiones de presión controlada.
En resumen, Alonso enfrenta un examen de liderazgo: equilibrar a las estrellas, mantener la competitividad en el terreno y evitar que el vestuario se convierta en una fuente de ansiedad.
El técnico, que siempre ha sido visto como un ejemplo de calma y control, ahora debe demostrar su capacidad para gestionar personas, no solo tácticas. Aún así, la dirección y la afición le ratifican su confianza, sabiendo que este tipo de conflictos son parte del crecimiento de un equipo con tanto talento.
La próxima fase será decisiva para evitar que estas tensiones se extiendan, asegurando que el Real Madrid continúe siendo competitivo sin perder la unidad interna. Alonso, heredero de la filosofía de calma, debe demostrar que también sabe dirigir a las personas para no convertir el camino hacia la grandeza en un callejón sin salida.
Alonso ha mostrado que su legado va más allá de las marcas tácticas: ahora debe construir un vestuario donde el talento coopere y no compita entre sí. Al final, la calma sigue siendo su arma más poderosa.
Si este vestuario fuera un club de comedia, Alonso sería el presentador: controla el guion, reparte las bromas y nadie sale llorando.
Y si Vinícius y Rodrygo fueran un dúo cómico, Alonso ya habría escrito el sketch entero para que termine con risas y no con botellas volando.