Camavinga en la cuerda floja: el lateral que podría abrirle la puerta al Mundial 2026
12 octubre 2025

Camavinga entre mediocampo y lateral: el dilema del Mundial
Eduardo Camavinga, estrella del Real Madrid, se halla ante un cruce crucial en su trayectoria con la selección francesa: la posibilidad de ganar un papel estable como lateral izquierdo, una posición que no le entusiasma, pero que podría sostenerle en la ruta hacia el Mundial 2026, ante la feroz competencia por los puestos en el medio campo.
Según el diario AS, Camavinga, que sorprendió a todos con su debut a los 16 años en Rennes, dejó a los analistas franceses boquiabiertos por su talento. Su rendimiento ante el Paris Saint Germain fue suficiente para que los medios lo señalasen como el heredero natural de grandes mediocentros. A pesar de los numerosos títulos conquistados con el Real Madrid desde 2021, aún no ha logrado consolidarse como titular ni en el club ni con Francia.
Versatilidad y dudas en el plano internacional
Durante la pausa internacional de octubre, Camavinga participó de los minutos finales ante Azerbaiyán como centrocampista, y el debate creció en Francia sobre si este giro podría abrirle la puerta al Mundial. Deschamps y su cuerpo técnico estudian la opción de desplazarlo al lateral izquierdo para aprovechar su polivalencia, especialmente ante la ausencia de garantías en otras posiciones con Theo Hernández o Lucas Digne.
Aunque Camavinga ha dejado claro que su preferencia no es la defensa, su capacidad para desempeñar varias funciones podría convertirse en su mayor arma en un torneo donde cada detalle cuenta. Su experiencia previa con el Real Madrid y su participación en el Mundial de Qatar 2022 demuestran que puede influir desde diferentes frentes, incluso si aún no ha fijado un rol claro en el medio.
De la cantera a la élite europea
La historia de Camavinga es, en muchos sentidos, de superación. Nació el 10 de noviembre de 2002 en Luanda, Angola, hijo de padres de la República Democrática del Congo, y creció en Francia tras huir de la guerra. Su pasión por el fútbol fue temprana y, tras un paso por la academia de Rennes, se hizo notar con solo 16 años como el jugador más joven en debutar con el primer equipo, demostrando técnica, inteligencia táctica y una aptitud para recuperar balones.
En el verano de 2021 dio un salto que marcó su carrera: fichó por el Real Madrid por 31 millones de euros. A pesar de la presión de una escuadra acostumbrada a ganar, Camavinga se adaptó con rapidez a la atmósfera del club y contribuyó a conquistar trofeos importantes, como La Liga y la Liga de Campeones en distintos ciclos. También mostró versatilidad al operar como lateral cuando la situación lo exigió, lo que elevó su valor a ojos del entrenador Carlo Ancelotti.
La posibilidad de un nuevo camino en 2025-2026
En el plano internacional, Camavinga eligió Francia pese a sus orígenes africanos y debutó como titular en 2020, destacando como uno de los jugadores más jóvenes en vestir la camiseta de Les Bleus. Suma ya varias convocatorias y una participación destacada, que ha aumentado la expectativa sobre su impacto futuro para un equipo que aspira a convertirse en uno de los grandes contendientes de la próxima Copa del Mundo.
Hoy Camavinga es visto como una de las piezas clave de la economía futbolística en ciernes de Madrid y de la Francia. Su madurez, humildad y garra lo sitúan entre las promesas más prometedoras de Europa. Aunque aún está en los primeros años de su carrera, las miradas señalan que su techo podría estar por encima de la media mundial de centrocampistas, con la esperanza de convertirse en uno de los mejores del mundo en los próximos años.
En resumen, Camavinga continúa su viaje con la misión de encontrar un sitio estable que le permita desplegar su talento al máximo, ya sea en el centro o por la banda. Y si hay que mover piezas para que no se quede sin aire en la rotación mundial, que así sea, el fútbol premia la flexibilidad y Camavinga parece hecho para esa flexibilidad.
Dos punchlines para cerrar con humor ligero: si el mundo fuera un partido, Camavinga ya estaría en la prórroga cobrando un minuto extra. Y si alguien pregunta por su posición, que responda que es el comodín con botas: puede jugar en todos lados menos en la banca.