Clamor en el vestuario azulgrana: una semana que deshilacha al Barcelona
8 octubre 2025

Clima tenso en Barcelona
La semana de pesadilla sacudió el vestuario del Barcelona: cayeron frente al Paris Saint‑Germain en la Liga de Campeones y luego sufrieron una derrota contundente ante el Sevilla en La Liga.
Con la inquietud aumentando en el club catalán, los jugadores y el entrenador, Hansi Flick, alzaron la voz buscando soluciones a problemas colectivos y tácticos que se volvieron evidentes desde el inicio de una temporada irregular.
Según el diario Sport, el ambiente en Barcelona se ha tensado en los últimos días, y las derrotas seguidas provocaron discusiones internas entre jugadores y cuerpo técnico.
Aunque todos saben que octubre apenas empieza y que todo puede arreglarse, Flick llama a una pausa franca y a una revisión interna real antes de volver a competir tras la ventana internacional, asegurando repetidamente: “después de la pausa vamos a pelear por todos los títulos”.
Pero tras este discurso optimista, crecen las dudas sobre el rendimiento físico del equipo, ya que varios jugadores reconocen no estar rindiendo al nivel.
Flick señaló tras la derrota contra el PSG que “el equipo debe sostener 90 minutos”; Frenkie de Jong añadió: “creo que se trata de acumulación de cansancio; hemos disputado siete partidos en 21 días, y a veces correr detrás de la pelota cansa más que cualquier otra cosa”, haciendo alusión al mayor desgaste cuando se pierde la posesión.
El técnico alemán continuó: “en la segunda mitad quedó claro que algunos jugadores estaban muy cansados; cuando uno está cansado se nota en el campo, pero todos dieron lo mejor de sí. Con el 1-1, debimos jugar con una organización defensiva mejor”.
La individualidad mata al éxito
El Barça pareció agotado ante el PSG, incluso con más descanso que su rival, que disputó la final del Mundial de Clubes, y lo mismo ocurrió contra el Sevilla días después.
Aunque el cansancio físico es evidente, la crisis no se limita a lo físico. Flick advirtió repetidamente sobre la ausencia de espíritu de equipo, diciendo: “debemos jugar como un solo equipo”, y lanzó su famosa frase tras el empate con el Rayo Vallecano en septiembre: “La individualidad mata al éxito”.
Tras el partido contra el PSG, Flick renovó su confianza en el equipo pero reconoció que “hoy no mostramos nuestra mejor versión; tras 35 minutos, el PSG dominaba el encuentro”, insistiendo en la necesidad de juego colectivo, aprovechar los espacios y mantener la posesión.
Por su parte, los jugadores no dudaron en reconocer fallos. Pau Cubarci dijo: “Las oportunidades empiezan desde delante... salimos al campo dormidos y no teníamos la puntería necesaria”; Pedri afirmó: “debemos autocríticarnos; hemos perdido densidad y calidad en la circulación del balón”, mientras Alejandro Balde añadió: “cometimos muchos errores y hay mucho por mejorar”.
Dilema doble
Así, Barcelona se enfrenta a un doble dilema: rendimiento físico a la baja y aparición de ciertas individualidades que amenazan la cohesión. Aunque Flick insiste en que la temporada es larga y todo es posible, todos en el Blaugrana saben que lo visto ante PSG y Sevilla no debe repetirse y que la reparación real debe empezar dentro del vestuario antes de que sea demasiado tarde.
Un capítulo excepcional
El alemán Hansi Flick es uno de los entrenadores más destacados del fútbol moderno, con una trayectoria llena de triunfos a nivel nacional e internacional.
Nacido en 1965, inició su carrera como entrenador tras retirarse a finales de los años 90 y dirigió varios clubes clave, pero su gran salto llegó cuando trabajó como asistente de Joachim Löw en la selección alemana entre 2006 y 2014, ayudando a la Mannschaft a conquistar la Copa del Mundo 2014 en Brasil.
Posteriormente, dio un giro al mundo de los clubes y, tras un paso por la federación alemana, aterrizó en Bayern Múnich en 2019, donde escribió una página histórica al lograr la sextete en 2020: liga, copa, supercopa local, Liga de Campeones, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes.
En 2021 asumió la dirección de la selección alemana y, tras resultados discretos, fue destituido en 2023. Más tarde probó suerte en Barcelona, con la esperanza de devolver a los azulgranas a la senda de los grandes, mediante su estilo de disciplina táctica y trabajo en equipo.