Egipto apunta a la final del Mundial juvenil de balonmano: un sueño que podría escribir la historia

El camino hacia la final del Mundial juvenil

El presidente de la Federación de Balonmano de Egipto, Khaled Fathi, expresó una alegría desbordante por la clasificación de la selección de jóvenes a la final del Mundial. Aseguró que se trata de un logro colectivo, fruto del trabajo de toda la estructura y de la dedicación de cada eslabón del sistema deportivo.

En declaraciones al centro de prensa de la Federación, Fathi indicó que todos en la organización sienten una emoción muy grande por haber alcanzado la final y que cada persona involucrada ha contribuido a elevar el nombre de Egipto. El objetivo es claro: coronarse campeones en Marruecos.

El mandamás subrayó que los jugadores egipcios se encuentran centrados en ganar el título mundial, y que la final está programada ante Alemania para el próximo sábado a las 22:15 hora de El Cairo, coincidiendo con la inauguración de un importante museo en la capital.

Fathi elogió al equipo técnico, encabezado por Emad Ibrahim, destacando que ha construido una identidad para Egipto en el balonmano y que todos los jugadores han mostrado un rendimiento notable que los ha llevado a la final.

El presidente afirmó que la victoria frente a España, campeona de Europa, no fue fruto del azar: hubo una planificación meticulosa, revisión de partidos previos, y un estudio detallado del rival. Todo se alinea para un nuevo esfuerzo que busque vencer a la máquina alemana en la final.

Fathi agradeció el apoyo de las autoridades deportivas y de la sociedad: el Ministro de Juventud y Deportes, Ashraf Sobhy, y el Presidente del Comité Olímpico Egipcio, Yasser Idris, han garantizado los recursos necesarios para mantener al equipo competitivo. Este tipo de cooperación, afirmó, es la base del éxito.

Mirada estratégica ante Alemania

Tarik Mahrous, responsable de las selecciones juveniles en la Federación, comentó que está orgulloso de lograr un hito histórico y que llegar a la final es señal de la madurez del grupo nacido en 2008. Señaló que varios jugadores de ese año ya formaron parte de la plantilla de 2006 que disputó el Mundial en Egipto, lo que enriqueció su experiencia.

Mahrous añadió que el cuerpo técnico de la selección sub-17, bajo la dirección de Emad Ibrahim, ha manejado el torneo de forma sobresaliente, dejando claro que este grupo tiene un potencial mundial. Los jugadores han mostrado una entrega que honra al balonmano y la tradición deportiva de Egipto.

Amr Fathi, miembro del consejo de la Federación, destacó que la victoria frente a España no es casualidad: es la culminación de una estrategia que busca construir una base de talentos para el futuro. Elogió el rendimiento de los jóvenes y del equipo técnico y subrayó que el objetivo final es levantar la copa en Marruecos.

El dirigente enfatizó que el equipo debe olvidar lo sucedido ante España y centrarse en la final contra Alemania, pues si se logra ese paso, Egipto podría alzarse con el título mundial.

La filosofía de apoyo institucional y proyección futura

El ministro de Juventud y Deportes, Dr. Ashraf Sobhy, destacó que el avance a la final demuestra la evolución de la mano de obra juvenil de Egipto y que el país se está consolidando como modelo de éxito en categorías de base a nivel continental e internacional.

El Comité Olímpico Egipcio también recibió elogios por su respaldo continuo, asegurando que se mantienen las condiciones para desarrollar a estos jóvenes talentos y mantener al balonmano en la élite mundial. La visión de la federación es clara: continuar preparando a las futuras generaciones para que, año tras año, Egipto figure entre los mejores.

La preparación del equipo continúa con un espíritu combativo y el deseo de hacer sonreír a una afición que sigue cada paso del equipo. El objetivo inmediato es conquistar el título mundial y dejar a Egipto en lo más alto de la historia del balonmano juvenil.

En el cierre, el cuerpo técnico y los jugadores se mantienen concentrados, sabiendo que el partido exigiría la mejor versión de cada uno. Si la meta es la gloria, la tarea es compleja, pero el programa de desarrollo y la disciplina del grupo sostienen la esperanza en Marruecos. Y, por supuesto, el apoyo de la afición y las instituciones parece ser el mejor combustible para este sueño.

Y para rematar con humor ligero: punchline 1: si ganar fuera tan sencillo como madrugar, este equipo ya habría firmado varias medallas; punchline 2: si el balón hablara, diría: “déjame entrar en el área, voy directo a la red”.