El regreso de Figo a Barcelona aviva viejas heridas: 25 años desde el traspaso que marcó una era
2 octobre 2025

Un traspaso que marcó una era
El fútbol español y mundial se estremeció ante el traspaso histórico del astro portugués Luis Figo hace 25 años, y su eco sigue resonando.
En el verano de 2000, Figo, entonces estrella y capitán de Barcelona, dio un paso que la afición blaugrana calificó como una traición mayúscula, al abandonar la camiseta blaugrana para cruzar directamente al eterno rival, Real Madrid, en una operación de las más grandes y polémicas de la historia.
Y aunque ha pasado un cuarto de siglo, las heridas de la afición catalana permanecen abiertas; el tiempo no ha conseguido borrar aquella traición considerada difícil de perdonar.
En julio pasado se conmemoró el 25 aniversario de aquella transferencia, reavivando entre muchos seguidores del Barça las emociones de rabia y desilusión.
La visita de Figo y las reacciones en Montjuïc
La polémica resurgió cuando Figo apareció en Barcelona en su rol actual como asesor de fútbol para la UEFA, acompañado del presidente Ceferin para seguir el duelo entre Barça y PSG en Montjuïc, que acabó con victoria del PSG 2-1.
La presencia de Figo fue recibida poco amistosamente; pronto llamó la atención y provocó malestar entre una parte de la afición.
Quienes no olvidan su marcha al Real Madrid hace 25 años revivieron recuerdos, especialmente aquella noche cuando regresó al Camp Nou con la camiseta de su antiguo rival y fue recibido entre abucheos grabados en la memoria del Clásico: "Ese portugués... que lo maldiga".
En Montjuïc se repitieron los cánticos, demostrando que la relación entre Figo y la afición catalana no se curará con el paso de los años.
En las redes sociales, el exjogador fue objeto de ataques; muchos consideraron que su simple presencia en el estadio era provocación inaceptable.
Gaspart reaviva la ruptura
La presencia de Figo en la tribuna presidencial lo situó junto al expresidente del Barça, Joan Gaspart, quien presidió el club cuando el portugués se marchó. Gaspart no ocultó su disgusto y afirmó que no estrecharía la mano de Figo, diciendo: "Para mí, es una persona no deseada".
La actitud de Gaspart parecía acorde con aquella etapa dura para el club, que inició su presidencia con la pérdida de su capitán y sus grandes estrellas rumbo al rival, un hecho que luego pesó en los resultados y años de sequía.
Con el inicio del partido, la intensidad de la visita fue diluyéndose; finalmente la afición se centró en seguir el choque europeo entre Barça y PSG, dejando a un lado la presencia de Figo.
El conjunto parisino brilló y convirtió la noche en una historia de fútbol donde el protagonista fue el juego, no el foco mediático.
Un legado que persiste
Pasar 25 años desde aquel traspaso no fue suficiente para cerrar la página entre Figo y la afición blaugrana. Lo ocurrido en el verano de 2000 sigue figurando entre las traiciones más controvertidas del fútbol; un capitán que dejó a Barça para irse al eterno rival, en una operación con dimensiones deportivas, económicas y psicológicas profundas.
Si las nuevas generaciones no vivieron aquella era, los cánticos que resurgieron en Montjuïc demuestran que la historia de Figo sigue viva en la memoria del club y permanecerá en la historia del fútbol español como una herida difícil de cicatrizar.
Al fin y al cabo, Figo tal vez no esperaba que un cuarto de siglo no fuera suficiente para borrar las huellas de su decisión, pero su última visita a Barcelona demostró que algunas páginas del fútbol siguen abiertas, por mucho tiempo que pase.
Punchline 1: Si el fútbol fuera una comedia, Figo habría sido el actor que cambia de guion y todavía roba el show, aunque se tenga que escuchar un par de abucheos de fondo.
Punchline 2: Y si la memoria fuera un marcador de goles, Figo ya sería campeón de la Liga de las Reminiscencias: siempre presente, aunque el balón ya no esté en sus pies.