Entre jaulas y goles: ¿Podrá la Liga Saudí salvar el futuro de la selección?
8 octubre 2025

Antes de la revolución de las estrellas
Sin duda, los resultados de la selección saudí influyen directamente en las competiciones del Reino, especialmente cuando se disputan pases hacia un gran torneo como el Mundial.
Entre las competiciones que siempre quedan afectadas está la Liga Profesional Saudí, la primera en la región en abrazar nuevas reglas de contratación y en convertir al fútbol local en un terreno de inversión y estrategia.
La era de la Liga de las Estrellas
Desde que la selección saudí se clasificó al Mundial por primera vez en 1994, solo ha fallado en 2010 y 2014. Ese periodo coincidió con la implementación de la Liga Profesional Saudí en 2008-2009, que estableció un tope de cuatro extranjeros por equipo.
A medida que la competición evolucionaba, el número de extranjeros se fue ajustando: se llegó a permitir siete foráneos por equipo, con hasta seis en el once titular. Luego vino una segunda oleada de cambios que llevó el tope a ocho y, en verano de 2023, a diez, con dos jugadores sub-23 incluidos entre los flujos permitidos; sin embargo, desde el inicio de la temporada pasada se permite que solo ocho extranjeros jueguen por partido. De esta forma, la mayoría de los clubes alinean tres jugadores locales en cada encuentro, reduciendo la base de titulares a unas 54 piezas, más los suplentes habituales.
Y si bien ese ajuste no se aplica a copas nacionales ni a torneos asiáticos, algunas entidades disputan dichas competiciones con un plantel compuesto mayoritariamente por extranjeros, sin presencia local significativa.
El fracaso internacional y el reto mundial
Paralelamente a estos cambios, la selección saudí ha mostrado altibajos en torneos internacionales. Tras dos Mundiales consecutivos en 2018 y 2022, el desempeño reciente ha estado marcado por caídas en torneos regionales e internacionales, con eliminaciones en la Gulf Cup 2023 y 2024 y una salida en la Copa de Oro 2025 ante México en Estados Unidos.
El doble desafío es que, a pesar de esos altibajos, la clasificación al Mundial 2026 depende de las eliminatorias. Con un formato global que amplía asientos, la presión para mantener un equilibrio entre extranjeros y talentos locales crece, y el playoff asiático se presenta como la ruta crítica.
Si el equipo saudí no logra clasificarse directamente, podría haber movimientos para revisar el sistema de la Liga Roshen y el número de extranjeros, con posibles impactos en la planificación de clubes y selecciones. En cualquier caso, los próximos encuentros contra Indonesia e Irak en el playoff asiático serán decisivos para demostrar que la liga y la selección pueden avanzar juntas hacia un futuro competitivo.
Mirando al futuro
La esperanza es que estas tensiones sirvan para que el fútbol local se fortalezca y sirva mejor a la selección. Si la plantilla logra un equilibrio entre jugadores extranjeros y talentos nacionales, el rendimiento del equipo podría mejorar y acercar a Arabia Saudí a un Mundial 2026 más sólido.
Y si todo falla, al menos quedan dos certezas: el fútbol saudí seguirá siendo tema de conversación y el dinero seguirá moviendo fichajes, fichajes y más fichajes. Y ahora, dos chistes para cerrar con ligereza:
Chiste 1: si la liga solo añade extranjeros, quizá pronto veremos un defensa con pasaporte en cada pierna; al balón le faltará solo una visa para cruzar la línea de gol.
Chiste 2: si el Mundial se escapa otra vez, al menos tendremos memoria de que el dinero puede comprar muchas cosas, menos el tercer tiempo para celebrar un gol definitivo.