Flick arriesga todo: 25 apuestas en juego antes del Clásico
13 octubre 2025

Contexto y desafíos iniciales
Hansi Flick ha impresionado a todos en primera temporada en Barcelona, desde su llegada.
Flick asumió el mando del Barça en el verano de 2024, enfrentando serias dificultades técnicas y financieras, y encontró un club ya inestable tras la salida de Xavi, que dejó dos trofeos la temporada.
La etapa de Xavi estuvo marcada por tensiones internas entre el entrenador y la directiva, con Deco como responsable deportivo, lo que se reflejó en la decisión de destituir al técnico después de anunciar una renovación hasta 2026.
Flick se encontró ante un cúmulo de restricciones: una crisis económica que dificultaba fichajes, impedía inscribir contratos y obligaba a buscar soluciones creativas para mantener a sus jugadores en la nómina. El club debía convivir entre deuda, presupuesto reducido y presión mediática constante en verano.
Además, el Barça sufrió un goteo de lesiones y una caída general del rendimiento, con una plantilla desgastada, baja forma física y escaso margen para mejoras, lo que dejó al equipo sin títulos y con un vacío de 2023-2024 para el club.
Sin embargo, Flick inyectó aire nuevo, promovió a jóvenes y trajo talento para reforzar la plantilla: Casado y Bernal comenzaron a brillar, mientras Yamal, Gavi, Fermín López, Baldé y Cubarsí se convertían en piezas clave que cambiaron la dinámica del vestuario años.
Y no se limitó a eso: Flick recuperó rendimiento de jugadores como Rafinha, Koundé, Iñigo Martínez, Pedri y De Jong, devolviéndoles protagonismo. Incluso llamó a Szczęsny desde la retirada para asegurar la portería ante lesiones de Ter Stegen y mantener la confianza.
A pesar de los inicios inciertos, Flick logró cerrar la temporada con un triplete doméstico: La Liga, Copa y Supercopa; dejó fuera a Inter en semis de Europa por buen fútbol, pero falló el sueño europeo y todas las miradas quedan atentas a la siguiente etapa.
Entre las victorias, destacan cinco claves ante su rival: tres goleadas en La Liga, dos en casa y una en campo neutral, incluyendo 4-0 en el Bernabéu y 4-3 en Montjuïc. También se impuso 5-2 en la final de la Supercopa en Jeddah y 3-2 tras prórroga en la Copa del Rey en La Cartuja del año.
El factor común fue la apuesta táctica con lo que llamaron la trampa del fuera de juego, que permitió a Madrid quedar fuera de juego 25 veces la pasada campaña. Este año el plan se tambaleó: la defensa sufrió tras la marcha de Iñigo Martínez y Flick barajó parejas: García, Araújo, y Christensen, con M. Martínez menos usados.
La inestabilidad defensiva persiste tras la salida de Martínez; García, Araújo y otros luchan por la pareja central, mientras Christensen y M. Martínez quedan relegados. La conexión con el mediocampo se tambalea consecuencia.
La consecuencia es una defensa desordenada, pérdida de la versión de contragolpe y un calendario difícil que podría exponer a Flick ante el Clásico si no afina su plan pronto.
Con todo, Real Madrid parece despertar bajo un nuevo impulso; lidera la liga, con dos puntos de ventaja tras ocho jornadas, y un ataque de 19 goles a favor frente a 9 en contra. Barça espera aprovechar el Clásico para revertir la situación, mejorar el rendimiento y recuperar confianza para afrontar el resto de la temporada, con miras a completar metas.
El Clásico se acerca, Flick necesita resultados y Madrid, mantener su ventaja. La afición aguarda con esperanza, pero la realidad exige consistencia y una defensa que no haga perder más puntos este año.
En resumen, Flick enfrenta un desafío mayúsculo que no solo evalúa su capacidad táctica, sino su capacidad para unir al vestuario, gestionar un presupuesto estrecho y convertir el Clásico en un hito para su proyecto. El tiempo dirá si su apuesta vale la pena o si el club recae en el pasado.