Grietas en Anfield: Liverpool desnuda al Real Madrid y encía el nuevo ciclo de Alonso
5 noviembre 2025
Análisis de la derrota y sus lecciones
La derrota del Real Madrid ante Liverpool en Anfield dejó al descubierto las debilidades del equipo español, pese a un rendimiento destacado en este inicio de curso bajo la dirección de su nuevo entrenador Xabi Alonso. El choque dejó claro que el merengue aún está en una fase de aprendizaje frente a rivales con mayor experiencia y con capacidad de explotar las fisuras del rival.
El partido reforzó la idea de que el club necesita madurar para competir en citas clave y ante grandes rivales. Es un proceso de transición que exige no solo talento, sino también claridad táctica y liderazgo en el momento decisivo.
Según The Athletic, la derrota se suma a una narrativa que se fue forjando desde que el equipo cayó en la misma cancha hace un año, cuando aún estaba bajo Carlo Ancelotti y la alineación propia de aquel periodo.
Esta vez fue Alonso quien vivió una experiencia parecida a la de su paso por el club inglés, ahora desde la banda, tratando de extraer lo mejor de una generación que aún tiene que ganarse su lugar en las grandes noches.
Al principio, el Madrid mostró destellos: tres triunfos consecutivos en la Champions y varios en liga, incluida una victoria destacada sobre su rival clásico. Pero las dudas reaparecieron ante un Liverpool que presionó y aprovechó los espacios que dejaron los de la casa blanca.
La defensa mostró debilidades evidentes, y el Madrid no encontró respuesta ofensiva significativa: solo dos remates cercanos al arco, uno de Fede Valverde y otro de Jude Bellingham. Un patrón que recuerda a situaciones del pasado cuando faltaba contundencia arriba.
Vinicius Junior y Mbappé no lograron desequilibrar, y los defensores rivales igualaron o superaron las contenciones, en especial en las jugadas de transición. Incluso un balón detenido terminó complicando más las cosas para el Madrid.
El entrenador insistió en que no fue una simple derrota frente a un equipo que llevó el tempo del encuentro, sino una señal de que se necesita madurar y ganar en experiencia. El rendimiento de Courtois fue notable, pero no suficiente para evitar el daño sensible de la defensa.
Alonso modificó ligeramente el esquema, optando por una variante de 4-1-3-1, con Camavinga en banda derecha y Rodrygo entrando sólo al borde del minuto 68. Los cambios, sin embargo, no lograron cambiar la historia del partido ni el ánimo del equipo en ese momento.
La ventana de cambios también evidenció la falta de experiencia en algunos jóvenes que podrían liderar el equipo en la próxima etapa, a la hora de asumir responsabilidades ante la adversidad. El entrenador valoró el esfuerzo, pero dejó claro que se necesita más calma y control en los minutos decisivos.
Al final, la estadística subrayó la diferencia: Liverpool generó más ocasiones y el Madrid trabajó con menor efectividad ofensiva a lo largo del encuentro. El libro de jugadas reflejó un paso atrás en una temporada de transición y crecimiento para el Madrid.
En palabras del propio Alonso, hay que aprender a evitar los errores fáciles y mejorar la toma de decisiones en los momentos críticos. Van Dijk y Courtois dejaron constancia de que el sistema no basta si la mentalidad y la paciencia no acompañan.
Con la ausencia de veteranos de referencia, emerge un grupo joven que debe asumir responsabilidades y aprender de cada encuentro. El entrenador y la plantilla comparten el compromiso de convertir las derrotas en lecciones para no repetir errores y construir un equipo más sólido para las citas importantes.
Como cierre, el Real Madrid debe ajustar rápidamente y madurar su nuevo ciclo, mientras Liverpool celebra una victoria que refuerza su estatus de rival histórico. Y sí, si te preguntas si es el fin de una era, recuerda: las eras se forjan con carácter, no con chistes de vestuario. Aun así, que nadie se duerma en la sala de prensa, porque el fútbol es una historia con muchos giros.
Punchline 1: En el fútbol, como en la vida, si la defensa te traiciona, ríete del balón y corre hacia el vestuario a por un plan B. Punchline 2: Y si el banquillo parece un museo, al menos que el entrenador tenga margen para exponer nuevas obras de arte de la juventud.