La metamorfosis de Old Trafford: Ratcliffe reescribe Manchester United desde adentro
13 noviembre 2025
La reconstrucción desde dentro
La primera fase del cambio radical en Manchester United se volvió realidad: 450 empleados perdieron sus puestos en una de las mayores reestructuraciones de la historia del club, y se produjo un cambio casi total en la dirección ejecutiva para acortar tiempos de incertidumbre. Tras la ola de despidos, comenzó la fase de reconstrucción.
Cuando el millonario británico Sir Jim Ratcliffe adquirió un 27,7% de las acciones del club en Navidad de 2023 por 1,25 mil millones de libras, prometió devolver al club a la cima del fútbol inglés y convertirlo en un proyecto rentable.
Las cifras fueron sorprendentes; el club había perdido 113,2 millones de libras hasta el 30 de junio de 2024, lo que llevó a Ratcliffe a advertir en marzo que el club “podría declararse en quiebra” si no se tomaban medidas inmediatas.
En el césped, los cambios fueron visibles: se sustituyó al entrenador Erik ten Hag por el portugués Ruben Amorim, se invirtieron más de 450 millones de libras en refuerzos y se destinó 50 millones para renovar el centro de entrenamiento en Carrington.
Pero el verdadero terremoto ocurrió detrás de escena. Los allegados a la nueva dirección consideraron que el club estaba “demasiado inflado”, con un exceso de personal y puestos innecesarios. También descubrieron que la salud financiera dependía de la participación continua en la Champions o de ganar la Premier, y que cualquier fracaso ejercía una presión enorme sobre el presupuesto.
Por ello, reducir plantilla era necesario aunque duro. En los primeros meses, 250 personas fueron despedidas, seguidas de 200 más en la segunda tanda. El objetivo era construir un modelo de empleo más flexible y gestionar mejor los recursos humanos.
Uno de los ejes fundamentales fue la analítica. En una entrevista con la revista United We Stand a finales de 2024, Ratcliffe describió el sistema de análisis del club como “del siglo pasado”.
Por ello, se contrató a un experto del mundo de la Fórmula 1, Michael Sansoni del equipo Mercedes, para dirigir el departamento de datos. Desde su llegada en abril de 2025, Sansoni reconstruyó el sistema desde cero y convirtió el análisis digital en una pieza clave del rendimiento, la formación y la captación.
Una fuente cercana al club afirmó que el rendimiento del área de análisis “saltó a un nivel que lo sitúa entre los cuatro mejores de Europa”, aunque los detalles siguen siendo extremadamente confidenciales.
Además de los recortes, la dirección se centró en contratar perfiles multidisciplinarios capaces de contribuir en varias áreas a la vez.
La lista de altas directivas en Old Trafford incluyó 19 nombres, entre ellos Omar Barada (procedente de Barcelona y Manchester City), Mark Armstrong (Dirección de Negocios, PSG), Sam Eirth (Rendimiento, City y Tottenham), Christopher Feifel (Captación, Chelsea y Red Bull) y la presencia de grupos de intereses como Red Bull.
También se designó a Roger Bile (de Ineos) como director financiero y a Kirsten Vierbìr (de Channel 4) como directora de recursos humanos. A ello se sumaron un director médico, un médico del primer equipo, un nutricionista, un chef enfocado en rendimiento, un director de la academia y un director de comunicación.
Quedaron dos figuras de la era anterior: Collette Roche y Martin Moseley. Roche, directora ejecutiva de operaciones, lidera el proyecto de un nuevo estadio de 100.000 plazas y el desarrollo de la zona de Old Trafford. Moseley, que llegó en 2007, ocupa ahora el cargo de asesor jurídico general tras la salida de Patrick Stewart a Rangers. Su presencia se percibe como un vínculo entre la era Glazer y la nueva administración, especialmente mientras llegan los nuevos directivos a comprender la magnitud del club.
No todas las pruebas fueron exitosas. Uno de los fracasos más notables fue la experiencia de Dan Ashworth, director deportivo que llegó desde Newcastle por 3 millones de libras como indemnización, pero que abandonó el club tras cinco meses.
Aunque se negó que existieran diferencias sobre la elección de Amorim, las fuentes internas confirmaron una “diferencia de visión” respecto a las funciones de Ashworth, lo que llevó a su salida con una indemnización adicional de 4 millones.
Tras casi dos años desde la llegada de Ratcliffe, Manchester United se ha convertido en una entidad muy distinta. Las pérdidas se redujeron de 113 millones a 33 millones de libras en junio de 2025, y se pronostica que el club obtenga beneficios en los años venideros. La familia Glazer continúa con influencia, pero de forma menos visible, y las decisiones recaen ahora en Ratcliffe y su equipo directivo.
Los insiders señalan que el enfoque va más allá de lo que ocurrirá la próxima semana o en el próximo mercado de transferencias; hay una visión a medio y largo plazo. El objetivo a corto plazo es volver a competir en Europa, pero los grandes sueños pasan por luchar otra vez por la Premier y la Liga de Campeones.
Con esta visión rigurosa y una reestructuración radical, Manchester United atraviesa una de sus etapas más audaces de la historia reciente, entre la esperanza de recuperar la gloria y una reconfiguración que busca situar al club a la vanguardia de Europa y del mundo.
Y para cerrar con dos toques de humor, porque hasta los marcadores necesitan un poco de picante: si este plan fuera un disparo, ya tendría el gol; y si la paciencia fuera munición, ya tendríamos el arsenal entero. La mira está puesta en la gloria, pero el chiste corto siempre trae alivio a la grada.