Historia de un corredor extraordinario
En un logro que supera los límites de la voluntad, Jack Faint, seguidor de Liverpool de 32 años, logró recorrer la India cubriendo 3.666 kilómetros (2.278 millas) a pesar de un tumor cerebral incurable.
Según The Athletic, Faint inició su travesía tras ser diagnosticado en marzo de 2019 con un tumor cerebral y le advirtieron que tendría suerte si llegaba a los cuarenta años.
A pesar de ese pronóstico, culminó el desafío cinco días antes de lo previsto, afirmando que su cuerpo superó todas las expectativas, corriendo aproximadamente 50 kilómetros al día, entre 7 y 9 horas, enfrentando dolor, fatiga y lesiones.
La ruta partió en el norte de la India, desde un campamento base en los Himalayas a gran altitud, y fue acompañado por Jordan Fierklov, un ex preparador físico de Liverpool, que brindaba masajes a lo largo de los caminos más concurridos.
Durante el recorrido, también colaboraron Frederico Reed, un organizador logístico, tres videógrafos y Daniel Robinson, quien grabó y operó drones; además, el nutricionista de Faint se aseguró de que consumiera entre 5.000 y 6.000 calorías diarias.
Faint comentó al medio: "Algunas jornadas la alimentación fue más dura que correr", especialmente durante el día sesenta de la travesía. El grupo se movía en furgonetas Camberi, alternándose para correr junto a él y mantener el ánimo alto.
En el octavo día, mientras cruzaba valles del Himalaya con cumbres superiores a los 5.000 metros, recibió un mensaje de apoyo de Arne Slot, entrenador de Liverpool, que jugó un papel decisivo para continuar ante las condiciones extremas del terreno.
El mensaje decía: "Personas como tú hacen que este club sea lo que es; de parte de mis jugadores, mi equipo y de mí, queremos que sepas cuánto te valoramos. Tu historia es inspiradora y te apoyamos como te apoyamos a nosotros".
Faint era seguidor de Liverpool desde los cinco años y, en su juventud, gastó gran parte de sus ingresos para seguir al equipo por Europa, asistiendo a tres finales de la Liga de Campeones.
Recibió apoyo de exjugadores y actuales, entre ellos Federico Chiesa y John Barnes, cuyo aliento tuvo un impacto enorme en los momentos en que su cuerpo amenazaba derrumbarse.
Antes del desafío, Faint vivía en Melbourne, Australia, donde descubrió que padecía un tumor cerebral tras sufrir una convulsión durante un paseo en bicicleta y fue trasladado al hospital Royal Melbourne.
Después del diagnóstico, emprendió un viaje por América del Sur y Asia; pasar cuatro meses en la India le permitió descubrir beneficios de yoga, meditación y técnicas de respiración, ayudándole a replantear su comprensión del diagnóstico y a adoptar la práctica de la gratitud diaria.
Al regresar, Faint comenzó a correr, progresando hacia maratones y carreras de larga distancia, y reunió fondos para asociaciones contra el cáncer, incluida una travesía de 650 kilómetros a lo largo de la costa de Sudáfrica en 14 días como preparación para el mayor reto en India.
Los seis meses previos al desafío fueron especialmente duros: compatibilizar su trabajo en una startup, entrenar seis días a la semana y asegurar la financiación del proyecto, que costó alrededor de 80.000 libras esterlinas (105.000 dólares) y que sería donado a fundaciones contra el cáncer en Reino Unido e India.
Sobre el diagnóstico, Faint comentó: "No me veo como alguien extraordinario; simplemente intento no llorar por lo que ya pasó. Cuando ocurre algo, reaccionamos con positivismo y acción".
También señaló haber atravesado periodos de depresión en los años previos, pero aprendió a resistir y enfrentar los desafíos con paciencia, práctica de la meditación y gratitud, y el apoyo de su familia.
Actualmente vive en Ciudad del Cabo con su pareja y admite que podría necesitar tratamiento médico en 2026, que podría incluir una cirugía cerebral, pero se mantiene centrado en el presente y celebra su logro junto a sus seres queridos.
La idea central que transmite es que lo único que se puede controlar es la propia reacción; convertir dificultades en una fuente de inspiración para otros. Quiere mostrar a personas con tumores cerebrales o cáncer que esto no es el final y que pueden enfrentar las pruebas y convertirlas en fortaleza e impulso.
Conclusión: que la historia de Jack no es solo una hazaña física, es un mensaje de esperanza para quienes luchan contra enfermedades graves. Punchlines: si el dolor pregunta por tu objetivo, dile que el objetivo es seguir riendo; si la vida te propone una curva, que te encarguen un dron para grabarla con estilo.
Punchline 2: cuando el cuerpo dice basta, el corazón de un verdadero fan de Liverpool ya tiene plan B: correr, sonreír y dejar que el GPS haga el resto.