El milagro más pequeño del Mundial: San Marino desafía al destino y sueña en grande
15 octubre 2025

Luz al final del túnel
En un mundo que solo reconoce a los fuertes, el fútbol escribe un capítulo aún más loco, protagonizado por la selección más débil del planeta: San Marino.
La selección ocupa el puesto 210 y es la última del ranking mundial, sin estrellas, sin profesionales, sin puntos en las eliminatorias para el Mundial, y sin embargo se ve hoy a las puertas de un repechaje, en un guion que parece de ficción.
El sistema abre una puerta extra para los soñadores
Todo empezó cuando, gracias a un cambio en el formato de las eliminatorias europeas, algunos segundos clasificados podrían ir a un playoff, y además, cuatro cupos extra podrían otorgarse a los mejores ganadores de grupos en la Liga de Naciones, siempre que no estén ya clasificados.
San Marino, que lideró su grupo en la Liga de Naciones, podría teóricamente pelear por uno de esos cuatro puestos, si las cuentas se alinean. En el papel, su historia pasada de derrotas podría convertirse en la clave de un presente improbable.
El protagonista de este relato es Rumanía, que comparte grupo con San Marino y se esfuerza por un pase directo, mientras busca asegurarse un puesto en el repechaje, dependiendo de cómo evolucionen los resultados y las diferencias de goles.
La paradoja: para que San Marino tenga alguna chance, Rumanía podría no lograr la clasificación directa y, por ende, dejar un hueco en la Liga de Naciones que podría llamar a los más pequeños a soñar.
San Marino, con un historial de 0 puntos en 7 partidos y un balance de 1 gol a favor frente a 32 en contra, ha mostrado que incluso las estadísticas más duras pueden encararse con una pizca de fe y una buena dosis de narrativa. Su último choque frente a Austria fue una derrota dolorosa (-10), pero la historia dice que a veces las cosas más extrañas se gestan fuera de la lógica.
La FIFA prohíbe el amaño, pero la imaginación de este relato juega con escenarios donde la derrota de uno podría alimentar la esperanza del otro, una distorsión de las reglas que enciende la llama de la posibilidad.
Entre la ironía y la inspiración, San Marino se sitúa a solo una victoria de soñar con el repechaje, una hazaña que, si llega, podría entrar en los anales como una de las historias más singulares del fútbol moderno.
Entre el 15 y el 18 de noviembre próximos se decidirá el destino de esta historia. Quizá todo se derrumbe, tal como el eco de una broma, o tal vez el imposible encuentre su lugar en el libro de historias del deporte.
Esta es la magia del fútbol: lo impredecible, lo absurdo y lo hermoso conviven, concediendo a un equipo minúsculo la oportunidad de escribir una página histórica.
Apuntes finales y humor ligero: si falla el milagro, San Marino tendrá una anécdota que contar en las sobremesas; si llega, será el least expected headline de la temporada. Y si todo falla, siempre quedará el consuelo de que incluso la derrota más contundente puede dar lugar a una risa cómplice entre aficionados de todo el mundo.
Punchline 1: si el milagro no llega, al menos San Marino podrá presumir de tener la defensa más legendaria que jamás haya visto el fútbol —una muralla que podría vender entradas para un museo de épicas inocentes.
Punchline 2: y si el árbitro no coopera, siempre quedará la gloria de haber disparado una historia que nadie olvidará, porque el mejor guion se escribe cuando nadie lo espera.