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Las cifras no mienten: los problemas tácticos que frenan a Salah y hunden al Liverpool

11 octubre 2025

Las cifras no mienten: los problemas tácticos que frenan a Salah y hunden al Liverpool
Salah, frustrado tras dos oportunidades desperdiciadas frente al Chelsea en Stamford Bridge

No fue una escena nueva para la afición del Liverpool verla sufrir frente al Chelsea por un gol de última hora; pero esa derrota dejó instalada una amargura adicional para Mohammed Salah, que abandonó Stamford Bridge sabiendo que desperdició dos ocasiones claras para darle la vuelta al partido y quizá a su año deportivo.

Esa sensación resume lo que está viviendo Salah este curso: rendimiento irregular, mala suerte y un equipo que parece haber perdido parte de la identidad ofensiva que asustaba a los rivales hace apenas doce meses.

En las primeras semanas de la campaña, los aficionados de los Reds celebraban los finales felices, pero las últimas dos semanas han cambiado el guion por completo.

El Liverpool cayó dos veces en Londres ante Crystal Palace y ante Chelsea, con el mismo desenlace: un gol en el tiempo añadido que dejó sin premio sus esfuerzos.

Salah ya no es el salvador constante y se encontró lejos de romper la mala racha, fallando dos oportunidades claras frente al Chelsea y abandonando el campo con una cara de derrota que decía más que cualquier crónica.

Temporada que da paso a la decepción

La campaña pasada Salah fue de los mejores del mundo, cerró el año con 57 participaciones goleadoras (34 goles y 23 asistencias), un registro que ningún otro jugador de las cinco grandes ligas alcanzó; aun así quedó en cuarto lugar en el Balón de Oro 2025, un indicio de que a veces la valoración no acompaña a la realidad estadística.

El inicio de la temporada 2025-2026 fue aceptable: marcó dos goles decisivos en los primeros cinco encuentros, uno desde el punto de penal ante Burnley y otro ante el Atlético de Madrid en la Liga de Campeones; sin embargo, fue un destello aislado en medio de una actuación global floja.

El Liverpool ganaba los primeros siete encuentros oficiales con un rendimiento discreto, incluso en la Copa de la Liga ante Southampton. La pregunta era si llegaría la mejora de rendimiento antes que la de resultados; la respuesta fue una ráfaga de tres derrotas consecutivas frente a Crystal Palace, Galatasaray y Chelsea, lo que reveló que el problema era más profundo que la mala suerte.

Una caída inusual

Los números de Opta muestran que Salah perdió fuelle. El número de toques por partido cayó de 48,6 a 42,6, la menor marca desde que llegó al Liverpool en 2017.

En la zona de remate, sus toques por 90 minutos bajaron de 9,6 a 5,5, también el menor registro de su trayectoria en los Reds.

De igual forma, redujo sus driblings a 1,6 por partido con una tasa de éxito de apenas 20%, frente a 3,5 intentos y 39,3% de acierto la campaña anterior.

En la Premier League, completó una sola gambeta de 11 intentos; parece más un problema de confianza que de capacidad física.

Incluso su promedio de disparos cayó de 3,4 por partido a 2,0, y el xG cayó a 0,32 desde 0,63 la campaña pasada.

Si solo miras las cifras puras, Salah anotó 4 goles en 52 disparos en las últimas 24 jornadas (sin contar penales); un número que no refleja el rendimiento habitual de este jugador.

¿Dónde está el fallo?

Puede ser tentador culpar a Salah, pero la realidad señala a un sistema que ha cambiado su trayectoria: la salida de Trent Alexander-Arnold dejó una brecha que algunos dicen imposible de llenar, pues el escenario habitual de Salah dependía mucho de ese compañero para abastecerse de balones filtrados y diagonales peligrosas.

El año pasado, Alexander-Arnold conectó 147 pases que desmantelaban líneas defensivas para Salah, y 37 de esos envíos rompían la última línea rival; esa conexión era parte de una de las asociaciones más letales del fútbol moderno.

La ausencia de Trent dejó a Salah sin ese canal de suministro, y cuando participó junto a él el año pasado, Salah anotó 27 goles con un promedio de 3,5 remates por partido y 0,48 xG sin contar penales.

En los encuentros en los que Trent no estuvo presente (12 juegos en los dos últimos cursos), Salah marcó 4 goles, de los cuales 2 fueron desde los once metros; su promedio de remates bajó a 2,3 por partido y su xG a 0,3.

Soluciones que no terminan de cuajar

El técnico Arne Slot probó varias alternativas para compensar la ausencia de Trent. Dominik Szoboszlai, que a veces ocupó la banda derecha, dio más pases filtrados para Salah (23) que nadie, pero no alcanzó la misma calidad ni la sintonía.

El fichaje Florian Wirtz dio 7 pases filtrados a Salah en 7 partidos, Conor Bradley aportó 8 y Jeremie Frimpong aún no dio un solo pase filtrado para el nueve. El Liverpool, como equipo, sigue siendo líder en pases progresivos (444), pero los reparte entre más jugadores y Salah ya no es el único foco de ataques.

Slot intentó diversificar las fuentes de amenaza, pero ese intento debilitó el impacto goleador de su mejor jugador.

Caída en la creatividad

A pesar de todo, Salah no ha perdido su capacidad creativa; sigue generando oportunidades con regularidad, aunque ahora produce 1,6 ocasiones por partido frente a 2,1 la campaña pasada, y el xA se mantiene cercano a 0,23. Las oportunidades de alto valor creadas no variaron significativamente.

Entre sus destellos creativos de este curso figura un pase delicioso para Ryan Gravenberch ante Everton, dejando a Gravenberch frente al arco, y la asistencia al atacante Alexander Isak ante Chelsea que se quedó sin terminarse por la ejecución.

¿Dónde recibe ahora la pelota?

En lugar de situarse en el área, Salah recibe cada vez más cerca de la línea derecha, en la mitad del campo rival, con un promedio de 13 toques por partido en esa zona, su registro más alto de toda su trayectoria en el Liverpool.

Con ello, su posición se ha estabilizado y se ha reducido la amenaza profunda, lo que facilita la lectura por parte de los defensores rivales.

Además, el volumen de pases progresivos que recibe se ha desplomado: la campaña pasada fue el jugador que más recibió este tipo de pases (297), pero este curso ocupa el sexto lugar con 41, una caída clara en la intención de dirigirse hacia la portería contraria.

No hay que ser apagado para reconocer que el calendario no ha sido sencillo: cinco de siete rivales se ubican entre los ocho primeros, entre ellos Newcastle, Chelsea y Crystal Palace, y solo se enfrentó a un oponente de media tabla, Burnley.

Es natural que las cifras de Salah se vean afectadas ante rivales de este nivel; el verdadero desafío será recuperar la confianza antes de una racha de encuentros más favorables.

No hay que olvidar el lado humano: en julio Salah sufrió la pérdida de su amigo y compañero Digo Jota por una muerte repentina que sacudió al vestuario de Liverpool; sus lágrimas tras la victoria inaugural ante Bournemouth, mientras la grada cantaba por Jota, fueron un momento de gran humanidad que mostró la magnitud de la historia personal del jugador.

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Aris Fiparis

Soy Aris Fiparis, periodista deportivo español nacido en 1991. Apasionado de la fotografía analógica, la escalada en roca y la cocina molecular, comparto mi visión sensible del deporte.

Preguntas frecuentes

¿Qué explica el bajón de Salah esta temporada?

Una mezcla de rendimiento individual en descenso y cambios tácticos que afectan a la creación de juego alrededor de Salah.

¿Qué impacto tiene la salida de Trent Alexander-Arnold?

Su ausencia rompe una de las conexiones más productivas con Salah, reduciendo pases filtrados que desmembraban defensas rivales.

¿Qué intentos de solución ha probado Slot?

Diversificar las fuentes de ataque con Szoboszlai, Bradley y otros, buscando más opciones aunque sin recuperar el mismo nivel de conexión con Salah.

¿Qué se espera en las próximas semanas?

Un calendario más favorable y un retorno de la confianza para reencontrar la versión más decisiva de Salah y del Liverpool.