Renard quiere reeditar su hazaña ante Argelia: Saudíes en busca de madurez táctica y resultados
15 noviembre 2025
Detalles clave
El regreso de Hervé Renard al mando de la selección saudí ha despertado expectativas, ya que su segunda etapa llega con la misión de enderezar el rumbo tras un inicio donde la estabilidad no fue patente. En el amistoso ante Argelia, previsto para el martes siguiente, el técnico espera medir el progreso de un equipo que quiere consolidar su identidad de juego y su solidez defensiva.
Se trata de una prueba dentro de la preparación para la Copa Árabe que se disputará el mes próximo. Renard confía en Nawaf Al-Aqidi para custodiar la portería y, si el portero titular se mantiene, aspirar a mantener la portería a cero en un tercer encuentro consecutivo, tal como sucedió en varias fechas anteriores de su mandato.
Entre marzo y junio de 2025, Renard logró encadenar tres partidos con la portería invicta: empezó con una victoria 1-0 frente a China, continuó con un empate 0-0 ante Japón y cerró con un triunfo 2-0 frente a Bahréin. Esa racha se convirtió en el parteon de su idea: ser sólido en defensa y aprovechar las oportunidades en ataque.
En las fases más cercanas al Mundial, el combinado saudí disputó un amistoso ante Irak que terminó 0-0, dejando al equipo en condiciones de afrontar el tramo decisivo de la clasificatoria y la planificación para el próximo gran objetivo. Más recientemente, el equipo venció 1-0 a Costa de Marfil durante la ventana de la pausa internacional, reforzando la idea de un equipo que va creciendo en confianza.
Hasta ahora, en 19 encuentros bajo Renard, Saudíes han obtenido 8 victorias, 5 empates y 6 derrotas. El mérito no solo está en los resultados, sino en la sensación de que el equipo ha recuperado la identidad, la disciplina y la capacidad de competir de tú a tú ante rivales de alto nivel.
Impulso técnico y aspiraciones
Renard ha regresado con la intención de reintroducir el equilibrio entre rigor europeo y comprensión de la cultura futbolística saudí. Su experiencia es clave para ordenar al equipo, reforzar la presión y organizar transiciones rápidas, sin perder la claridad táctica en defensa.
La idea es que el grupo gane continuidad, confianza y una personalidad más marcada en el terreno de juego. Con jugadores ya consolidados y otros que han emergido, el equipo busca consolidar un estilo que le permita competir con constancia en la arena continental y, en el futuro, en el escenario mundial.
Entre la Copa Árabe y el Mundial
El plan de Renard no se limita a amistosos: la prueba de fuego llega con la Copa Árabe y la preparación para el Mundial, donde se espera que el equipo muestre crecimiento y un rendimiento que supere lo visto en las últimas competiciones. Renard quiere superar incluso el récord de la edición de 2022, cuando Arabia Saudí venció a Argentina (2-1) en una de las grandes sorpresas, aunque luego no logró pasar de la fase de grupos.
En suma, la segunda etapa de Renard con Arabia Saudí representa una continuidad con un toque de renovación: mantener la disciplina y la organización, pero con nuevos impulsos que permitan al equipo ser más competitivo a largo plazo. El amistoso ante Argelia es, ante todo, una prueba más de este proyecto que busca convertir al conjunto verde en una referencia dentro del fútbol asiático e internacional.
Si alguna vez hay que apostar por la constancia, este es el momento: tres victorias limpias no son casualidad, son una declaración de intenciones. Y si el balón decide colaborar, Renard podría escribir una página más en la historia de la selección saudí. ¿La próxima jugada? Ver si Argelia se rinde ante la presión y la precisión de un equipo que quiere escribir su propia historia, una que tal vez termine con la próxima estrella saliendo del vestuario con una sonrisa y una lágrima de emoción en la mejilla.
Y si el marcador se cruza con el ingenio de un humorista de talla, la pregunta es simple: ¿cuántas veces puede un balón hacer “ching” cuando Renard grita desde la banda? La respuesta: tantas como el respeto que el rival tenga por la táctica. Y, si falla, siempre servirá el chiste: “el balón no engaña; sólo se toma muy en serio a sí mismo”.