Escándalo en la Liga Marroquí: cuando el silbato desata una tormenta de acusaciones y renuncias
12 noviembre 2025
Contexto y detonante
La Liga Marroquí atraviesa una de sus peores crisis de los últimos años, tras estallar un caso explosivo tras el partido entre Union Touarka y Nahda Zemmara, que terminó con una dimisión en masa y reavivó el debate sobre la integridad arbitral.
Reacciones y respuestas
El entrenador Abd El-Wahid Zamrat anunció su renuncia en directo, poco después del pitido final, seguido por las renuncias del director deportivo Adel al-Mutani y del presidente Abdallah al-Anbari, un episodio sin precedentes en la competición.
Quienes hablan de la causa señalan un arbitraje injusto y persistente que habría afectado a varios encuentros, y aseguran que ciertos fallos fueron más allá de errores humanos, incluso afirmando que hubo contactos con árbitros para influir en decisiones como penales o goles anulados.
El entrenador Zamrat sostuvo que el equipo sufrió decisiones dirigidas desde fuera del campo y reclamó una investigación urgente y transparente.
Por su parte, un directivo comentó que en una ocasión se observaron decisiones extrañas y que el árbitro dijo haber recibido instrucciones a distancia para tomar ciertas decisiones, dejando al descubierto la magnitud del asunto.
El portero veterano Abd al-Rahman al-Hawasli afirmó que si bien los errores forman parte del juego, lo visto es anómalo y que los jugadores jóvenes preguntan si alguien intervendrá, sin respuestas convincentes.
Ridwan Jid responde
Ridwan Jid, actual director del sector de arbitraje, negó las acusaciones y afirmó que llevaba más de 30 años en la profesión y que su reputación es su mayor activo. Aseguró que está dispuesto a someter su teléfono a revisión y que no hubo comunicaciones con árbitros durante el partido.
La liga profesional, presidida por Abdul Salam Belkshour, anunció una intervención inmediata con una investigación exhaustiva y sanciones severas si se demuestra alguna irregularidad, con el objetivo de esclarecer la verdad y proteger la integridad de la competición.
Los analistas señalan que la situación podría transformar el arbitraje en Marruecos y que el periodo de pausa podría ser uno de los más tensos de la historia reciente.
Conclusión: el fútbol marroquí está en un cruce de caminos y cualquiera que intente mover las piezas sin permiso podría terminar con tarjetas moradas de la vergüenza.
Punchline 1: Si el silbato hablara, pediría vacaciones porque no aguanta tanta presión de minuto 90.
Punchline 2: Este escándalo es tan intenso que el único que no recibirá tarjeta es el humor; ya lo dijo mi árbitro interior: “¡Ay, el VAR no es magia, es paciencia!”