La selección de Arabia Saudita escribió un nuevo capítulo de su historia gloriosa al asegurar oficialmente su pase al Mundial de 2026, tras un empate 0-0 frente a Irak en el partido disputado el martes por la noche en el estadio King Abdullah Sports City, en Jeddah, correspondiente a la última jornada del playoff asiático.
El verde llegó al encuentro con la confianza de su victoria 3-2 sobre Indonesia, resultado que le dio una clara ventaja en la carrera por la clasificación. Solo necesitaba un punto para sellar el pase, y lo consiguió frente a una afición que convirtió las gradas en una auténtica fiesta.
Con este pase, la selección saudí continúa escribiendo historia mundial, logrando su séptima participación en el Mundial, tras haber estado presente en 1994, 1998, 2002, 2006, 2018 y 2022, consolidándose como uno de los pilares del fútbol asiático y uno de los equipos árabes con mayor continuidad en la escena global.
En el otro bando, Irak cerrará su aventura en el playoff asiático corto frente a Emiratos Árabes Unidos en noviembre para definir quién avanza al playoff mundial.
Lágrimas del capitán: un momento inolvidable
Tras el pitido final, el césped del estadio se convirtió en un escenario de júbilo y llanto. Salem Al-Dawsari, capitán de la Verde, no pudo contener las lágrimas al liderar a su equipo hacia un nuevo hito en la historia del fútbol de su país.
El momento fue humano y emotivo; mientras la afición celebraba, Al-Dawsari levantó las manos al cielo y recibió un aplauso ensordecedor de la hinchada, que llenó las gradas de orgullo y emoción.
La AFC anunció a Al-Dawsari como hombre del partido, consolidando su estatus como referente y dejando abierta la posibilidad de un segundo galardón asiático para el jugador, que ya suma hitos en su palmarés.
Celebraciones, recuerdos y el presente que asusta
La celebración fue masiva, con fuegos artificiales y cánticos patrióticos que invadieron las calles de Jeddah. Los jugadores se acercaron a la afición y celebraron dentro del terreno de juego, como si el país entero respirara al unísono.
La trayectoria del equipo se enriquece con hitos históricos: desde la sorpresa de Estados Unidos 1994 hasta su presencia continua en Francia 1998, Corea y Japón 2002, Alemania 2006, y los momentos cumbre de Rusia 2018 y Qatar 2022, que consolidaron a Arabia Saudita como un líder regional y un contendiente global.
El equipo y su cuerpo técnico continúan mirando hacia adelante, con la mirada puesta en el siguiente capítulo de esta historia que promete seguir sorprendiendo a aficionados y críticos por igual.
Y para cerrar con humor, si el fútbol fuera una película, ya tendríamos a un director en la cúspide de su gloria; y si la clasificación fuera una canción, seguro que ya estaríamos cantando a todo pulmón desde la grada. ¡Que el balón siga rodando!
En resumen, la nación verde celebra, el mundo observa, y el sueño de ver a Arabia Saudita brillar en el Mundial 2026 ya tiene pasaje comprado y boleto de ida a la historia.
Y ahora, dos punchlines para cerrar: si el país fuera una lámpara, la clasificación sería su luz guía; y si el fútbol fuera una receta, este equipo ya habría pasado la prueba del sabor con un toque de sal y un montón de gloria.