El renacer de una leyenda juvenil: Shabab persigue la gloria en la Copa Gulf
4 octobre 2025

Contexto histórico
La última copa que conquistó el Shabab fue la Copa del Rey en 2014; desde entonces, el club ha atravesado años de altibajos que han reducido su brillo histórico. Durante décadas, el equipo ha sido un referente del fútbol saudí, con un legado difícil de igualar, pero la realidad reciente ha puesto a prueba esa grandeza y ha obligado a replantear objetivos y métodos.
Situación actual y perspectivas
La Copa Gulf aparece como una ventana de esperanza: un formato con menos presión y un ritmo diferente que ofrece la oportunidad de reorganizarse, probar una nueva identidad y recuperar la confianza sin la intensidad de la liga principal. A pesar del empate 1-1 frente al Al-Nahda omaní en la Arena ISG de Riad, el equipo continúa en la lucha dentro del Grupo B, junto al Rayyan de Qatar y Hadhramaut de Yemen.
Shabab afronta Hadramaut el martes 21 de octubre y luego visitará al Rayyan el 5 de noviembre, en una secuencia que podría marcar la diferencia si se logra cohesión y efectividad. El camino hacia un tercer título en la historia de la Copa Gulf —tras los triunfos de 1993 y 1994— no es imposible, pero exige una personalidad campeona que haya sido esquiva en los años recientes.
La Gulf Cup, con su encanto sentimental, no tiene el mismo brillo que la Liga de Campeones asiática, pero ofrece una plataforma valiosa para restituir la identidad del club y su mística ganadora. En la campaña 2025-2026, el inicio del Shabab no ha sido perfecto: derrota ante Al-Khaleej, victoria frente a Al-Hazm 2-0, empate con Al-Fayha y triunfo ante Abha en la Copa del Rey, seguido de tropiezo frente a Al-Kholoud, dejando al equipo con 4 puntos en 4 jornadas y un 12º puesto que no hace justicia a un club con 43 títulos oficiales.
Este vaivén refleja una realidad: el equipo no es favorito para pelear la cima constantemente y busca reconstruirse temporada a temporada, a la espera de una estabilidad institucional que le permita volver a competir por el título con regularidad. En lo deportivo, el proyecto liderado por Imanol Alguacil representa una esperanza de continuidad y crecimiento, aprovechando una pretemporada tardía, fichajes retrasados y cambios administrativos para sentar una base sólida a largo plazo.
Más allá del terreno, el club vive un momento de transformación: una operación de inversión estratégica junto al grupo de la ciudad de Riyadh podría convertir al Shabab en un proyecto deportivo más sólido, con apoyo financiero y mejoras en infraestructuras y capacidades de contratación. Si este movimiento se traduce en estabilidad y planificación, podría abrir la puerta a un retorno sostenido de la competitividad y a recuperar la autoridad entre los grandes de Arabia Saudí.
Nunca es tarde para soñar: la historia del Shabab invita a la paciencia y a un plan claro para volver a liderar. ¿Será la Gulf Cup un trampolín definitivo o solo un paso intermedio? En cualquier caso, la afición ya sabe que la verdadera prueba está por venir: construir un proyecto viable, sostenible y con identidad propia bajo la dirección de Alguacil, aprovechando cada oportunidad para reconstruir la gloria perdida.
Notas de humor: Si la paciencia fuera un balón, ya tendríamos la Copa en la mochila. Y si la Gulf Cup fuera un examen, Shabab podría aprobar con creatividad… y un par de vueltas de VAR para las risas.