Cuando las palabras también marcan goles: Saudíes e Irak en la última vuelta hacia el Mundial 2026
14 octubre 2025

Contexto y expectativas
La rivalidad entre las selecciones de Arabia Saudita e Irak no se reduce a los 90 minutos. Las palabras que rodean el encuentro elevan la tensión y el morbo, y este martes se juega la tercera y última jornada del repechaje asiático para la Copa del Mundo 2026 en el estadio King Abdullah Sports City de Jeddah. El equipo verde busca hacer valer su historial y su condición de local en una eliminatoria que promete nervio hasta el último minuto.
El conjunto saudí necesita al menos un empate para sellar su clasificación por séptima vez a un Mundial; Irak, por su parte, llega obligado a ganar para seguir peleando por el pase directo y evitar el laberinto del repechaje intercontinental. Encima, las declaraciones de entrenadores y ex jugadores han añadido picante a la cita.
Antecedentes y trayectoria
Este choque es la primera vez desde la Gulf Cup 26, disputada hace menos de un año, que se enfrentan entre sí. Las palabras del ex delantero iraquí Younis Mahmoud encendieron la mecha y dejaron claro que la rivalidad va más allá de los 90 minutos.
El entrenador australiano Graham Arnold, al presentar a su equipo, respondió a la afirmación del técnico saudí Renard de que el cruce frente a Irak era el partido más importante para él, recordando su experiencia dirigiendo a clubes y a Francia también. Arnold destacó que Renard ha dirigido equipos en Mundiales y, en el caso de Francia, en torneos femeninos, lo que generó debate entre aficionados y medios.
Aunque algunos interpretaron esas declaraciones como una motivación extra para Arabia Saudita, otros vieron en ellas un exceso de énfasis que podría afectar a Irak. En cualquier caso, los 90 minutos prometen ser una prueba de carácter y tempestad de emociones, antes incluso de que ruede el balón.
El historial reciente favorece a Arabia Saudita en las eliminatorias frente a Irak: antes de este choque, el equipo saudí había ganado 5 de 6 encuentros y sólo había empatado uno, sin conocer la derrota. Esa tradición refuerza la confianza de los jugadores para un nuevo reto mundialista.
Las primeras confrontaciones de esta rivalidad datan de hace más de 40 años. En las eliminatorias de 1982, Arabia Saudita ganó 1-0 en Bagdad gracias a un gol de Amin Dabo. Aunque el sueño mundialista de aquel ciclo no se cumplió, dejó claro que la región tenía por delante un camino tenso y emocionante.
En la ruta hacia Estados Unidos 1994, ambos equipos llegaron al empate 1-1, con Saeed Al-Oweiran igualando para Arabia Saudita tras un tanto iraquí de Razi y un penal fallado por Khaled Massad. Aquella igualdad marcó un precedente en una historia que seguiría escribiéndose década tras década.
Más tarde, rumbo a Corea y Japón 2002, Arabia Saudita superó a Irak en un doble duelo: 1-0 en Manama y 2-1 en Amán. Abdullah Al-Sheihan anotó dos veces para los saudíes, mientras Iraq respondió con un gol de Waleed Al-Haj. Un capítulo más que consolidó la fortaleza saudí ante su rival de esta jornada.
En las eliminatorias para Rusia 2018, el choque volvió a dibujar una historia de intensidad; Nasser Al-Abbad marcó dos goles para Arabia Saudita gracias a penales, y para Irak anotó Mohammed Kareem en el encuentro de vuelta disputado en Jeddah, aumentando la memoria de un duelo que siempre sorprende a los aficionados. El partido de este martes promete sumar una nueva página a un libro que se escribe con goles y con la esperanza de cada aficionado en la grada.
Síntesis histórica
El historial reciente da a Arabia Saudita una ventaja en las eliminatorias, mientras la afición iraquí sueña con una sorpresa para volver a competir a nivel mundial y presionar al repechaje mundial. Todo apunta a un encuentro intenso, con defensa sólida y ataques punzantes en un estadio de gran capacidad.
Las miradas están puestas en cómo se desenvuelve el encuentro, con una mezcla de estrategia, historia y el impulso de cada grito de la afición en las gradas. Este martes, en un partido que podría decidir más que un título, el balón será el protagonista y cada pase podría convertirse en un suspiro colectivo.
En definitiva, este choque no solo decide un cupo, también sella la memoria de un derbi que ha crecido con el paso de las décadas y que, una vez más, promete dejar a los aficionados con la respiración contenida hasta el silbato final.
Si el gol fuera un chiste, este partido ya habría conquistado la primera página de memes. Y si alguien pregunta por la táctica, la respuesta es simple: pasar el balón al compañero y ver la red cantar. Punchline 1: Como diría un sniper del humor, voy a la portería y el chiste cae de lleno en la red, silencio total en el estadio… hasta que llega el aplauso. Punchline 2: Y si alguien pregunta quién ganó, ya saben: el balón, porque para las palabras ya hubo árbitro y para el humor, ya hubo dos espectadores con sonrisa en la grada.